-GLORIA
El público de la Berlinale salió el domingo entusiasta de la proyección de Gloria, del chileno Sebastián Lelio, film en concurso por el Oso de Oro que cuenta la historia de una mujer de 58 años, divorciada, que decide no quedarse sola, saliendo a bailar, en busca de un nuevo amor. Interpretada por la actriz Paulina García, Gloria, quien ya es abuela, encuentra en una de esas fiestas a Rodolfo, un ex oficial de la Marina mayor que ella, con quien vive un romance intenso hasta que resurgen los miedos, los prejuicios, la cobardía, sobre todo de parte de él. Sebastián Lelio, de 39 años, dijo que el punto de partida de su película había sido interrogarse acerca del mundo de su madre y sus amigas, reseñó AFP. «Junto con Gonzalo Maza, el coguionista, nos preguntamos de manera cándida si había una película posible en ese mundo. Fue una gran sorpresa descubrir las fiestas de solteros adultos en Santiago ¡oaouuuh! es un planeta lleno de vida», dijo con énfasis. Los espectadores salieron del Palacio de la Berlinale contoneándose con la música del filme, sobre todo con Gloria, la canción de Umberto Tozzi.
-AYER NO TERMINA MAS
La 63 edición de la Berlinale cerró hoy su cuarta jornada con el regusto amargo de la crisis en España de la mano de Isabel Coixet y Ayer no termina nunca, una historia romántica de una pareja que se reencuentra después de haberse perdido «el uno al otro» y haberse perdido «a sí mismos». La cinta, que celebra su estreno mundial fuera de concurso en la sección Panorama Special, se desarrolla en el Cementerio de Igualada, obra de los arquitectos Enric Miralles y Carme Pinós, que según explicó Coixet en rueda de prensa, «es como una estación de autobuses entre la vida y la muerte». «Es una historia de amor de una pareja que se ha querido muchísimo y que ese momento en el que se miraron, que sus caminos se cruzaron en la vida, es un momento definitivo y sobrepasa ese momento incluso de la tragedia (compartida) que han vivido», explicó la cineasta. La película se desarrolla en el futuro no muy lejano de 2017, porque, según Coixet, «ese pequeño salto al futuro» permite «una cierta distancia para medir las consecuencias», devastadoras en el film, de lo que se está viviendo actualmente en España. «Me encantaría equivocarme, me encantaría que las cosas que se apuntan en la película no sucedieran, que realmente todo cambiara para bien, que esa regeneración moral ocurriera, pero tal como están las cosas ahora no veo que vaya a ocurrir», dijo la cineasta.
(Fuentes: El universal / Yahoo)