Por Daniel Cholakian
A pedido del público vuelven las crónicas fantasmas.
Cerca estuvieron estas crónicas de pertenecer al orden de la absoluta fantasmagoría. Pero el cronista, fantasma al fin, tiene la incorpórea virtud de ingresar por intersticios, por ínfimos huecos en los que lo humano no tiene cabida. En fin, los barreras de cierta y repetida burocracia festivalera, no fueron obstáculo para el arribo feliz a la Feliz. Aún en el eterno deshacer lo hecho el año anterior, siempre hay alguien bueno que levanta la barrera para que pase la farolera.
La virtud fantasmal permite el estar aquí y ahora y allá y ahora. Ventajas de la invisibilidad. Así pudimos ver mucho llanto en una presentación que creíamos la del Festival de Cine. Miles de invitados, los principales dirigentes del país y de la provincia, autoridades del INCAA y de los medios públicos…. Pero no, era la presentación de la película de Paula de Luque, Nestor Kirchner, la película, que se presentaba en el Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires. El fantasma comprendió las lágrimas emocionadas de muchos participantes (algo de su corazoncito se sentía bien con ese espíritu) y cuando descubrió que la Presidenta de la Nación comenzó a contar la película, temiendo que develara el final de la misma, huyó, convencido que su trabajo estaba en Mar del Plata. De todos modos en el marco del Festival, esta película se presentará el viernes 23.
Cuatrocientos kilómetros no son nada para un fantasma e inmediatamente estaba instalado en las butacas de la siempre majestuosa sala del Teatro Auditórium. Lo cierto es que la gala no tuvo aquellas presencias imponentes, ni tampoco el star system nativo es convocado a la fiesta, sin embargo lo emotivo estuvo dado por el sencillo pero cálido homenaje al recientemente fallecido Leonardo Favio, que tanto nos conmovió con sus palabras en ese mismo escenario, hace cuatro años.
Como cierre de la ceremonia, se presenta la película que abre la Competencia Internacional oficial de este Festival, El muerto y ser feliz. Para un fantasma como imaginarán, estar muerto y ser feliz, es un asunto de todos los días. Especialmente si se está en Mar del Plata y apenas hace unas horas acaba de comenzar el Festival de Cine.
