La incapacidad psicológica de un cardenal para aceptar su elección al trono de Pedro es el tema del filme Habemus Papam, del italiano Nanni Moretti, presentado este viernes en el Festival de Cine de Cannes, donde concursa por la Palma de Oro.
Interpretada magistralmente por el francés Michel Piccoli, de ochenta y cinco años, quien retrata las angustias y la fragilidad de un hombre ante un cargo para el que no se siente preparado, la película levanta un velo sobre uno de los pocos mundos secretos que subsisten en el planeta: el Palacio del Vaticano.
El cineasta, que recreó para su película los espléndidos y fastuosos salones del Vaticano, sus patios y corredores, las capas y birretes cardenalicios y hasta los uniformes de los guardas suizos, se aparta en esta cinta de algunos de los trazos que han marcado su obra, como el sarcasmo y la ironía.
Habemus Papam no alcanza tampoco la poderosa emoción de La habitación del hijo, con la que el director italiano obtuvo la Palma de Oro en Cannes en el 2001.
Moretti, que interpreta en la cinta a un psicoanalista, llamado en secreto para apoyar al nuevo Pontífice, opta más bien por tratar con un humor que se mezcla con ternura y hasta respeto a los cardenales reunidos en cónclave y la crisis de pánico que invade al nuevo pontífice tras su elección.
En una rueda de prensa en Cannes, el director, actor, productor y guionista italiano sostuvo que para hacer Habemus Papam, que comienza con imágenes reales de los funerales del papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro, en abril del 2005, quiso alejarse de la actualidad y de los escándalos que han salpicado al Vaticano y a la Iglesia católica.
“No quería repetir cosas ya dichas, ni hablar de cosas que se conocen, como el escándalo de la pedofilia o los escándalos financieros, que han sido revelados de una manera fuerte”, dijo Moretti.
“Quería contar la fragilidad de un hombre que no se siente capaz de asumir el poder que le han otorgado”, dijo el autor de Palombella Rossa (1989) y Aprile (1998), que rodó una gran parte de su película en los magníficos salones de la embajada francesa, Palazzo Farnese, y reprodujo una espectacular Capilla Sixtina en los estudios de Cinecittá, en Roma.
La interpretación de Piccoli, que refleja en su rostro y con pocos gestos el miedo paralizante que lo invade tras su elección, podría ser honrada en Cannes con un premio, según algunos críticos de cine a la salida del pase de prensa, que recordaban la edad y trayectoria del gran actor francés.
Piccoli, que ha rodado unas 200 películas, dejó ver en la conferencia de prensa sus ganas de despedirse de las pantallas.
“Para ser honesto, podría decir basta: terminar aquí, con Moretti, es perfecto, es suficiente”, declaró Piccoli, cuya interpretación fue saludada por el director italiano.
Piccoli «fue todavía mejor de lo que yo esperaba. Sobre todo cuando la película terminó, me di cuenta de sus silencios, sus miradas, su manera de caminar y de todo lo que aportó al personaje, y sobre todo a la película», concluyó el realizador italiano.
Hasta este viernes, ninguno de los filmes hasta ahora exhibidos en competencia se perfila como ganador de la Palma de Oro en este 64º Festival de Cannes.
El certamen se abrió el jueves con dos filmes de mujeres: Sleeping beauty, ópera prima de la australiana Julia Leigh, interpretada por Emily Browning; y We need to talk about Kevin, de la directora británica Lynne Ramsay, y sigue este viernes con Polisse, otro filme realizado por una mujer. La cineasta francesa Maïwenn se sumerge en esta cinta, que concursa para la Palma de Oro, en la oscura cotidianidad de la brigada de menores de la policía de París.
(Fuente: AFP)