Título original: The Big Year
Origen: EE.UU.
Dirección: David Frankel
Guión: Howard Franklin, inspirado en el libro de Mark Obmascik
Intérpretes: Steve Martin, Jack Black, Owen Wilson, Jim Parsons, Rosamund Pike, Anjelica Huston, Rashida Jones, Brian Dennehy, Dianne Wiest, Anthony Anderson, Tim Blake Nelson, Kevin Pollak, Joel McHale
Fotografía: Lawrence Sher
Montaje: Mark Livolsi
Música: Theodore Shapiro
Duración: 100 minutos
Año: 2011
Compañía editora: Blushine
7 puntos
Libres como pájaros
Por Mex Faliero
El gran año cuenta una de esas historias que sólo pueden suceder en EE.UU.: anualmente se realiza allí una suerte de campeonato donde varias personas compiten por ver quién fue el que avistó más especies de aves a lo largo de los 365 días, y a lo largo y ancho de la geografía norteamericana. De hecho, un personaje de reparto dice en algún momento “sólo los norteamericanos pueden hacer de esto una competencia”. Los retadores tratan de organizar su vida, tomándose tiempo por fuera del trabajo, incluso anulando su vida familiar, para viajar y sumar con el sólo afán de ser el mayor avistador del país. En ese plan están el campeón de impecable récord Kenny Bostick (Owen Wilson), el especialista en computadoras Brad Harris (Jack Black) y el CEO Stu Preissler (Steve Martin).
El gran año es una comedia de David Frankel, el de Marley y yo o El Diablo viste a la moda, lo cual significa que se trata de una película de comicidad preferentemente verbal. También, que el relato estará construido a partir de lugares comunes y personajes estereotipados a los cuales el director se encarga de encontrarles una vuelta interesante, siempre por el lado de una amargura para nada disimulada. Pero fundamentalmente una comedia de Frankel se destaca por presentar personajes que se dirimen entre su vida profesional y la personal, incluso la familiar. Les pasaba a John y Jenny en Marley y yo, y también le ocurría a Andy en El Diablo viste a la moda. En El gran año, el irritante Kenny es un tipo de buena posición apasionado por avistar aves, pero aún más por ser el número uno, que lucha constantemente contra una esposa que desea tener un hijo ante su reiterada ausencia; Brad es el típico perdedor solitario, que busca apoyo en una figura paterna que se le niega; y Stu se enfrenta a su posible jubilación, tironeado por una situación profesional que le demanda todavía protagonismo.
Frankel asume el relato entre lo deportivo y lo coral: transita la vida de sus tres protagonistas con un ritmo increíble, resumiendo conflictos y alcanzando en esa síntesis grandes momentos y resoluciones, como la forma en que Brad y su padre logran algún tipo de acuerdo en una hermosa secuencia en la que el hijo le habla de un ave aparentemente común pero que recorre el mundo todos los años. El cine de Frankel tiene esa apariencia simple, aunque es compleja la forma seca y emotiva -a su pesar- con la que aborda conflictos familiares, incluso respetando los puntos de vista disímiles y siendo coherente con la experiencia de cada personaje, empezando por su clase social. Y además se vale de elencos notables, a los que les saca todo su potencial: a los mencionados, se suman en grandes o pequeñas porciones -según el caso- Jim Parsons, Rosamund Pike, Anjelica Huston, Rashida Jones, Brian Dennehy, Dianne Wiest, Tim Blake Nelson, Kevin Pollak, Joel McHale, más la voz en off de John Cleese. Todos y cada uno de ellos entiende la comedia, y sabe que un gesto de más no sólo hace más burdo el asunto si no que traicionaría el espíritu del relato. Tal vez El gran año abunda demasiado en analogías sobre aves y seres humanos, pero es un gran relato de aprendizaje personal a partir de la pasión que cada uno tiene.