Por Mex Faliero
Hace unos meses la gente de Revista Ajo me pidió un informe sobre el cine marplatense (léanlo acá), el cual terminó siendo un extenso resumen con una serie de opiniones de peso: realizadores, críticos y gestores de espacios cinematográficos dejaron su parecer sobre aquello que está ocurriendo en la ciudad. Pero ese informe, por la sumatoria de voces y por las dimensiones lógicas que debía tener el texto, acercó sólo algunas de las ideas de cada entrevistado. Nuestra intención en Fancinema es, entonces, recoger todas esas opiniones sin recortes y ofrecer un dossier con las diferentes miradas. Lo que verán, día tras día, será un cuestionario similar para cada entrevistado. Lo que importa, claro, son las opiniones que cada referente tiene para ofrecer.
-Hoy, Guillermo Colantonio: docente y crítico de cine, que publica regularmente en Fancinema.
-¿Existe el cine marplatense?
No. Existen realizadores en Mar del Plata que hacen cine desde diversos contextos de producción.
-¿Qué es lo que define la figura de un cine regional -en este caso marplatense-?: ¿la aparición de más gente filmando en un mismo lugar o la presencia de símbolos culturales identitarios y comunes entre películas?
La región es un concepto que en un imaginario se funda en una experiencia común. No es una verificación objetiva ni medible, sino un espacio compartido de hábitos, rituales y saberes. En lo que concierne a la posibilidad de un cine marplatense (pensando en términos de región), hay factores que impiden hablar concretamente de ello. El primero es histórico y cultural. Mar del Plata ha sido y es una ciudad de tránsito (turístico, laboral y estudiantil). Su indeterminación en este sentido no hace posible internalizar un concepto de región como propio, ni siquiera en su diversidad. Por ende, no hay un cine que represente a los marplatenses o dé cuenta de ese sentimiento en común que define a una región. Existen zonas e intereses dispersos. Además, tampoco hay espacios donde se discutan estas cuestiones. Si los realizadores marplatenses se congregan en algún evento festivalero es sólo para difundir lo que hacen, pero no existen espacios de debates, órganos tales como revistas o medios que fomenten un debate serio y prolongado sobre estas cuestiones, entre otras.
-¿Qué diferencias encuentra entre las producciones locales actuales y las que se hacían -por poner una fecha- hace una década?
Tal vez la carencia de formación y la necesidad de mostrar pese a todo. La falta de formación cinematográfica (no desde la técnica exclusivamente) ya no parece ser un problema.
-¿Cuánto ayuda a la proliferación de realizadores la posibilidad de una tecnología al alcance de la mano? La pericia técnica, ¿lleva invariablemente a la presencia de mejores artistas?
Ayuda en un ciento por ciento. La llamada democratización tecnológica, además de propiciar un terreno de mayores oportunidades generó su propia paradoja: la falta de ideas. La pericia técnica puede ser inversamente proporcional a la calidad de las propuestas si no hay una conciencia de que hay una rica tradición para conocer y descubrir en términos de lenguaje. Obviamente que hay grandes talentos que tienen mucho por mostrar a futuro pero aún esperamos (diría a nivel mundial) a los grandes artistas de la era digital.
-¿Es posible hablar de un cine marplatense sin un público que acompañe estas propuestas? ¿Hay público? ¿Cómo se debería construir?
No es posible hablar de un cine marplatense en tanto y en cuanto no haya un sentido de pertenencia colectivo y un esfuerzo por pensar la actividad desde el debate compartido entre cineastas, críticos y público. Cada uno desde su propio marco. Lo que hay que modificar son las formas de llegar a la gente, pero en la medida en que ciertos espacios públicos e institucionales sean ocupados eternamente por las mismas personas o se piense sólo en gente de Buenos Aires para oficiar como mediadores culturales, estaremos lejos de esa posibilidad.
-¿Parte del problema es la imposibilidad de profesionalizar las diversas actividades que involucran lo cinematográfico? ¿Hay campo de acción en la ciudad para eso?
Más que profesionalizar es determinar marcos concretos de discusión y encontrar mecanismos de producción más eficaces. Los espacios están pero mal aprovechados.
-¿Es posible desarrollar la idea de un cine marplatense, sin el acompañamiento de técnicos y actores que ayuden a modelar una estética?
No se trata de modelar una estética como si uno preparara una torta. La estética se encuentra (y de ahí nacerán las rupturas) en la medida en que haya una producción continua y que las condiciones estén dadas para que las películas y los órganos de difusión tengan un espacio de discusión. Hay muestras anuales de trabajos pero quién los discute, desde dónde se avanza, desde dónde se construye para mejorar. ¿O la única opción es filmar porque sí? ¿Quién piensa su práctica? Luego, es cierto que la falta de formación afecta todos los rubros y que el teatro sigue siendo un medio contaminante para el cine.
-¿Cuál cree que es la presencia del Estado comunal y si le parece que debería involucrarse más? ¿En qué aspecto sería más necesario?
El Estado comunal maneja dinero de los contribuyentes y como tal tiene que destinar un presupuesto para tales fines. Debería estar más presente en la evaluación de proyectos serios y no designar a gente improvisada para manejar sectores vinculados a la cultura. Para eso se necesita formación, conocimiento y sensibilidad, y un aprovechamiento de los espacios para sumar propuestas continuas y bien difundidas.
-En lo personal, cuando ve un film local, ¿busca algo con cierto nivel de profesionalismo o prefiere profundizar en el terreno de las ideas cinematográficas, aún a costa de cierto amateurismo?
Me gustaría encontrar ideas que no se restrinjan a un universo audiovisual multimedia solamente.
Una nota que me hicieron sobre cine marplatense
https://t.co/KCg3ni6i6F