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Recapitulaciones de Homeland: Better call Saul y Parabiosis

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

homeland_parabiosisATENCIÓN: SPOILERS

En verdad, Better call Saul y Parabiosis podrían verse, sin demasiado esfuerzo, como un solo capítulo doble, que plantea varias puntas narrativas que terminan de completarse en noventa minutos, aunque a la vez permanezcan de cierta manera abiertas con vistas a lo que será la segunda mitad de la quinta temporada.

Quizás por eso Better call Saul sea un tanto insatisfactorio narrativamente, aunque no tanto por no cerrar las tensiones que plantea, sino por desplegarlas de manera un tanto tímida, deteniéndose en demasiadas secuencias de transición. En cierto modo, era inevitable: este es un típico capítulo de callejones sin salida, de frustraciones para los personajes, de pesquisas que parecen no llevar a ningún lado y eso de alguna forma se traslada al espectador. Ahí tenemos a Carrie tratando de obtener la parte de la información filtrada de la estación de Berlín de la CIA, pero encontrándose con que el hacker que la extrajo ahora la ha perdido. O a Saul queriendo indagar sobre el posible papel de su colega israelí, pero logrando apenas un tenso intercambio. También a Quinn convaleciente de sus heridas, huyendo –y dejando pagando al novio de Carrie, quien estaba a su cargo- del escondite en donde se encuentra e intentando encontrar un lugar donde morir en paz, pero sin conseguirlo. Y claro, a Dar Adal empezando a desconfiar de Saul y mandándolo a seguir, sacando unas cuantas conclusiones apresuradas.

Lo mejor del capítulo –que parece hecho para esa reunión en un taxi entre Carrie y Saul- es ese particular encuentro entre Allison y su contacto ruso. No es que suceda allí algo particularmente relevante a nivel del relato –y hay que tener en cuenta que Homeland no es una serie de atmósferas, sino de acciones, de personajes ordenando y de personajes ejecutando-, pero permite ver algo más de Allison. Y ese algo revela que tras la mujer calculadora, fría y manipuladora se esconde la mujer frágil, temerosa y necesitada de la compañía masculina, y a la que –pase lo que pase, triunfe quien triunfe en este berenjenal berlinés con condimentos yanquis, rusos, israelíes y árabes- le podemos adivinar un destino trágico al final del camino.

Parabiosis es un significativo paso adelante respecto a su antecesor, aunque toda la subtrama de Quinn –aún con las tensiones que pone en juego- no deja de ser un tanto prescindible, como si los guionistas hubieran tenido que encontrarle alguna ocupación al personaje mientras estaba herido. Es cierto que ese diálogo/despedida entre Carrie y su novio tiene mucho para decir desde la forma en que son expuestas las incongruencias del universo del espionaje –es que si uno se pone a pensar en todo lo que sucede con cierto distanciamiento, Homeland parece una comedia negra de enredos-, pero lo mejor vuelve a quedar para Saul. Primero con una escena en un hotel donde parece una actualización del personaje de Gene Hackman en La conversación, con la paranoia elevada a la enésima potencia, pensando que en todos lados hay algún micrófono. Luego en la estación de la CIA, donde podemos ver a través de dos memorables planos secuencia –que en verdad parecen uno solo, y a la vez son sutiles en su puesta en forma- cómo se termina de dar cuenta que su posición en la CIA ha quedado totalmente comprometida, para luego robarse la parte de la información secreta que faltaba. Si, esa misma información que Carrie le había pedido y que él en principio le había negado.

Si Better call Saul es, a través de su título, un guiño a la marginalidad manifiesta de Breaking bad, Parabiosis es un nuevo eslabón en esa cadena de homenajes a los relatos paranoicos de la Guerra Fría que ha sido hasta ahora la quinta temporada. No estará el Muro de Berlín, pero sí la ciudad y también ese muro que Saul le dice a Carrie que se ha alzado entre ellos. El plano final deja en claro que ese muro empieza a resquebrarse. Quizás la quinta temporada sea también un cuento de reconciliación dentro de esa historia de amistad, devoción profesional y unas cuantas traiciones que es el lazo entre Carrie y Saul, y que ha abarcado toda la serie. Pobre Carrie, pobre Saul, se necesitan demasiado, aunque les cueste reconocerlo.

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