Por Daniel Cholakian
Los lunes suelen ser agobiantes, tediosos, deprimentes. Pero despertarse apenas comenzado el día para ver cine en un lunes que circula hacia el regreso del trabajo, devuelve al fantasma la sonrisa. En parte por la suerte propia, pero en parte, vale ser justo con la propia maldad, por el lamentable destino laboral ajeno.
En una jornada que no prometía películas demasiado interesantes, lamentablemente para quien escribe las dos más atractivas resultaron decepcionantes.
This is not a film del iraní Jafar Panahi, parte de la competencia internacional, era una de las grandes atracciones de este festival. El realizador ha sido condenado recientemente a 6 años de cárcel y a 20 años sin poder realizar cine ni salir de su país. Condena decretada por su tarea como cineasta, no hay para nosotros causa suficiente para tal castigo a una persona por expresar sus ideas. Panahi hace en esta película que no lo es -al menos según su título- un relato sobre esa condena, sobre la historia que pretendía filmar y no fue y un relato sobre lo que no se puede decir en el cine iraní, a partir de sus propias escenas. Más allá de lo condenable del castigo, el tono de la película de Panahi es meramente autocelebratorio y no abre ninguna puerta a la reflexión, ni a la crítica, ni al contexto. Es un registro ególatra y confuso, que poco aporta al cine y a la difusión de la situación interna de Irán y al ejercicio de la libertad de expresión en ese país.
Tiranosaurio, también parte de la competencia internacional, es una película que parece hecha para que su protagonista, Peter Mullan, tenga garantizado el premio al mejor actor del festival. Una película que comienza en un tono violento, duro, distante, contando la historia de un alcohólico penante, que se encuentra con una mujer creyente, de clase media alta, sometida por su esposo, recorre un camino que la lleva al melodrama más tradicional, casi de telenovela. Moralista, previsible e innecesariamente explícita (dicho esto en varios sentidos), la película pierde de a poco su potencia inicial, para definirse como un discurso valorativo y maniqueo, que poco tiene que ver con aquel inicio que proponía un análisis lúcido de un país que arrastra problemas de alcoholismo, desocupación y marginalidad, que se conjugan para construir un presente de una violencia interna a punto de estallar constantemente.
Pero la mayor cuota de análisis del presente europeo, del rol de los recursos de los bancos y los dueños de los dólares, tanto como de las vanas esperanzas que sus planes de asistencia generan en los empobrecidos habitantes de los países en crisis, lo trajo la notable Bienvenido Mr. Marshall de Luis García Berlanga, filmada en el año 1953. Berlanga realiza una comedia inteligente, ácida, coral, sobre un pueblo que espera la llegada de la asistencia financiera externa (el Plan Marshall), imaginando que de allí, como le aseguran funcionarios con dinero y poder, vendrá la solución a todos sus problemas. Cualquier semejanza con la realidad del presente, tiene muy poco de mera casualidad. Este fantasma recomienda seguir las películas de Berlanga, son verdaderas gemas del cine, presentadas en copias restauradas que vale la pena ver.
Saludos, EL ALEPH (corto marplatense que estuvo en el FIC) quedo como uno de los 4 finalistas para competir en los premios FILMAR, enmarcados en el FESTIVAL DE CINE INTERNACIONAL DE MAR DEL PLATA.