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Déjame entrar

Título original: Let me in
Origen: EE.UU.
Director: Matt Reeves
Guión: Matt Reeves sobre la novela de John Ajvide Lindqvist
Reparto: Kodi Smit-McPhee, Chloe Moretz, Richard Jenkins, Elias Koteas, Sasha Barrese, Cara Buono, Chris Browning, Dylan Minnette, Jimmy ‘Jax’ Pinchak, Seth Adkins
Fotografía: John R. Leonetti
Montaje: Stan Salfas
Música: Michael Giacchino
Duración: 115 minutos
Año: 2010


8 puntos


Vampiros

Por Matías Gelpi

Déjame entrar es la segunda transposición al cine de la novela del sueco John Ajvide Lindqvist, Låt den rätte komma in. La primera adaptación de origen sueco, fue estrenada en la Argentina en 2008 bajo el título de Criatura de la noche, dirigida por Tomas Alfredson. Un film magistral, con un relato sólido y bien dosificado, que no tiene reparos en regular a antojo el desarrollo de los personajes, a tiempo de que nos cuenta un poco lo que es la vida en una mediana ciudad sueca, donde la gente se comporta como el frío se los permite. Alfredson demuestra con Criatura de la noche,  que tiene talento y pulso, y logra por momentos imágenes de una gran potencia poética.

En fin, es casi imposible (para mí) eludir la comparación con Déjame entrar, el film de Matt Reeves (Monstruo). En principio, el director parece tener claro la diferencia entre “nueva adaptación de obra literaria”, “remake” y “copia vil adaptada a códigos fácilmente reconocibles para el público norteamericano”, ejemplo de esto último Cuarentena, “copia vil…” de la española REC.

Déjame entrar es una nueva adaptación donde Reeves elige ingredientes para su film diferentes a los de Alfredson. Claro, la historia es la misma: Owen, un chico con una vida difícil (padres separados, maltratado en la escuela), conoce a una extraña chica que es su nueva vecina, y de la cual se enamora, pero que oculta un oscuro secreto. Y por supuesto hay diferencias argumentales, de mayor o menor importancia, que no vamos a enumerar porque significaría contar toda la película. Sin embargo, vale decir que Reeves, al igual que Alfredson, tienen estilos fuertes y reconocibles con lo cual se enriquecen ambas adaptaciones.

Por otro lado, vamos a mencionar algunas diferencias que no revelan (tantos) detalles argumentales y son dignas de ser diferenciadas:

-La caracterización de los personajes: Owen y Abby son menos enigmáticos o extraños que sus adaptaciones suecas Oskar y Eli. Owen (Kodi Smit-McPhee) es un pichón de psicópata reprimido a punto de estallar, y no es que Oskar no lo fuera en Criatura de la noche, pero su caracterización era más sutil y además la idiosincrasia sueca es mucho más extraña para nosotros que la norteamericana. En el caso de Abby (la buena de Chloe Moretz) sucede que físicamente es la típica rubia bonita norteamericana que se convierte en un monstruo cuando su naturaleza vampírica le pide salir. Mientras que Eli de Criatura de la noche, no presentaba mayores diferencias entre su “modo” vampiro y humano. Sobre todo porque la actriz que la interpreta, Lina Leandersson, es físicamente más ambigua y de una belleza menos obvia.

Sub-tramas: en ambos films se desarrolla una historia paralela, que desembocará en un peligro inminente para el personaje de la niña vampiro. Mientras que en la de Alfredson esta historia es sobre unos solitarios personajes que deambulan por la fría ciudad sueca que lamentablemente se cruzarán en el camino de Eli, en la película de Reeves es una sub-trama policial convencional, un policía busca los rastros de unos asesinatos repentinos y brutales que coinciden con la llegada de Abby a la ciudad. Y para no revelar más detalles, decir que Déjame entrar pierde puntos en originalidad y sutileza con respecto a Criatura de la noche, y gana otros en contundencia y ritmo.

Más positivas son sus similitudes, en ese terreno Déjame entrar y Criatura de la noche salen las dos muy bien paradas. Cuentan la historia de la relación entre dos personajes difíciles, resignados y adolescentes, que se complementan tan bien que se terminan queriendo. Un amor que se plantea lleno de tensiones morales y sexuales, y repleto de miedos; que se traduce en mutua protección y en la certeza de que no estarán más solos.

Déjame entrar (de ella se trataba esta reseña) es un film altamente recomendable, que puede ser vista sin recurrir a la anterior versión. Aunque ver ambas versiones es recomendable, ya que son excelentes películas absolutamente diferentes de lo que se viene haciendo en cuanto a films de vampiros, género al cual trascienden ampliamente.

(spoiler: prestar atención a la escena final en la pileta, es la misma en ambos films y es igualmente genial y aterradora).

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