La unión entre Kevin Hart y Woody Harrelson no aporta mucho en esta comedia de acción, en buena medida porque el director Patrick Hughes no muestra la inventiva exhibida en sus películas anteriores.
Un film de terror con una primera mitad muy atractiva, que sin embargo se derrumba en su segunda parte, a partir de unas cuantas decisiones marcadas por la arbitrariedad e inverosimilitud.