
Por Alejandro Frenkel
¿Las casualidades existen? No sé, pero que se anuncie el reboot de Buffy la cazavampiros justo después del suceso de Jentry Chau me hace dudar. Esta producción animada norteamericana abreva en la cultura y folklore chino para traer de la mano de su creadora Echo Wu y la protagonista Ali Wong una serie de fantasía, horror, comedia y coming of age. Sí todo eso junto. Jentry, una adolescente de 16 años se muda sin muchas ganas de Seúl a un pueblo de Texas donde deberá convivir con su tía abuela Gugu. Allí tendrá que aprender a manejar sus poderes mágicos y temibles de la mano de su tía y de Ed, un vampiro/demonio. Sin embargo no todo es tan sencillo. Por un lado quiere ser sólo una adolescente con problemas de una chica de su edad (aparecen intereses amorosos, la necesidad de encajar) pero por otro, luchar contra el malvado Mister Cheng quien desea arrebatarle sus poderes. Con el correr de los capítulos nos vamos enterando junto con Jentry que la muerte de sus padres no fue accidental y que se esconden tremendos secretos en torno a su pasado y a su tía abuela. A pesar de esto la serie reserva condimentos humorísticos que aligeran los descubrimientos que hará nuestra heroína; se destaca el personaje de Ed, quien funciona a modo de comic relief en la historia. También aparecen criaturas temibles y demonios, que junto con el uso del jump scare construyen escenas de miedo no del todo recomendadas para los niños más pequeños. El diseño de animación está desarrollado por los mismos de Midnight Gospel y Big Mouth, lo cual es garantía de calidad y originalidad (la música y el diseño de las escenas de acción está buenísimo, si no te da epilepsia, pega en el palo). La serie tiene sólo una temporada, y la verdad verdadera: está buenísima.
NdR: los 13 episodios de la primera temporada están disponibles en Netflix.
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