
Por Mex Faliero
Tras una primera temporada en la que la serie basada en los libros de Hugh Howey reflexionaba sobre la ley y la forma de impartirla, entre pasos de western y policial, la segunda temporada de la serie de AppleTV protagonizada por Rebecca Ferguson pretende volverse más política, con una revolución que se va cocinando a fuego lento y las altas esferas de poder incapaces de contener la rebelión. Al final de la primera temporada teníamos a Juliette (Ferguson) saliendo del silo para confirmar que las cosas allí afuera tal vez -y con errores- eran como se decía, contra los relatos paranoicos que condenaban el encierro. El primer episodio, titulado The Engineer y dirigido por el experimentado Michael Dinner, es tal vez lo mejor que tendrá Silo para ofrecer en esta segunda temporada. Narrado casi sin diálogos, sigue a Juliette en su viaje hacia el exterior, descubriendo otro silo y, también, el hecho de que no están del todo solos en este mundo. El episodio es vibrante y tiene misterio, y está estupendamente resuelto a partir de la capacidad física de Ferguson para comprometerse con el personaje. Y aparece un personaje intrigante, el Solo de Steve Zahn. Pero a partir ahí la serie toma una decisión compleja, que es la de sacar a Juliette del centro y retomarla cada tanto, estirando esa subtrama y prefiriendo contar lo que ocurre con la lucha de poder en el viejo silo, gobernado con mano dudosa por el Bernard de Tim Robbins. Esa decisión de la serie es su gran condena: pareciera que la información en esos dos espacios avanza a ritmos muy diferentes, y que lo que pasa en el silo donde está Juliette podría haber sido resuelto en tres o cuatro episodios. Con lo cual, el interés acerca de la serie se va desvaneciendo, entre una posición ideológica que no termina de ser de todo clara. Como suele ocurrir, hacia el final de esta temporada estirada, se apuesta por apurar las cosas y la acción se precipita y el interés se renueva, aunque descubramos la trampa y no se disimule la repetición constante de estos diez capítulos. El epílogo de la temporada es un salto temporal hacia atrás, o eso suponemos, en donde se nos tira algún indicio de cómo habría comenzado todo. No sabemos a dónde lleva, pero tal vez sea un motor más interesante de lo que ocurre adentro de los silos, que se observa un poco agotado y, para colmo, con una parsimonia que quiere pasar por serio lo que debería ser una aventura un poco más estimulante. Ojalá cambien el rumbo porque hay dos temporadas más confirmadas.
Esto dijimos sobre la Temporada 1.
NdR: las dos temporadas de Silo están disponibles en la plataforma Apple TV.
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