
Título original: Mickey’s Mouse Trap // Origen: Canadá // Dirección: Jamie Bailey // Guión: Simon Phillips // Intérpretes: Simon Phillips, Sophie McIntosh, Madeline Kelman, Ben Harris, Callum Sywyk, Mireille Gagné, James Laurin, Kayleigh Styles, Mackenzie Mills, Daniel Petrenko, Svyatoslav Putnin, Milana Putnina, Karina Safonova // Fotografía: Jamie Bailey // Montaje: Jamie Bailey // Música: Darren Morze // Duración: 80 minutos // Año: 2024 //
2 puntos
IT’S A TRAP
Por Santiago González
Un nuevo subgénero parece haberse creado luego del éxito de Winnie The Pooh: miel y sangre (2023, Rhys Frake-Waterfield), la de explotar la imagen de un personaje que entró en dominio público. Los resultados de aquella película, y su secuela, son evidentes. Más allá del éxito comercial, se trata de películas básicas, honestas en sus intenciones, pero que no quitan que estamos viendo una burda operación de explotación ante nuestros ojos, como si nos estuvieran robando y nosotros estuviéramos maravillados ante esto.
A esta nueva camada, que ya se unieron los personajes de Popeye y Peter Pan, se suma el de Mickey Mouse. No cualquier ratón, sino uno de los primeros, el de Steambot Willie (1928, Walt Disney). Como en el caso de Winnie The Pooh, una vez expirados sus derechos el director Jamie Bailey se apuró y filmó un slasher. La idea de agarrar este subgénero es consciente ya que en su peor definición son fáciles y rápidos de hacer. Sólo se necesita un lugar, un grupo de jóvenes, y un asesino enmascarado, y eso es lo que ofrece esta película. El problema estima en las pocas ganas con lo que está filmado todo. Sacando el aceptable trabajo en el diseño de producción, el resto denota lo apurado que estaba el director de ser el primero en sacar una película y lucrar con esta nueva moda. En La trampa del ratón no hay sangre, sólo conversaciones entre personajes que no importan. Los errores de edición y montaje se hacen presentes (planos cortan a otros sin ninguna coherencia, ni orden interno) y para variar ni siquiera es entretenida, algo que es un pecado en el cine slasher.
Lo peor de esto parece ser la línea de esta operación. Aprovecharse de los derechos de algún personaje y sacar cantidad sin importar calidad. Dentro del mundo del cine explotación puede haber de todo, pero La trampa del ratón es el fondo de la olla.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente: