
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
El sexto capítulo de la última temporada de What if…? repite una operación ya realizada en la segunda temporada: la realidad que presenta The Watcher (Jeffrey Wright) se encuentra en el pasado. Si anteriormente se había relatado una historia que imaginaba a Los Vengadores en 1602, en esta ocasión se introducen elementos de artes marciales en el Lejano Oeste. Aunque termina siendo desparejo en su recorrido, la apuesta por el western como base narrativa es acertada como marco de la aventura. Dirigido por Bryan Andrews y Stephan Franck, y escrito por Matthew Chauncey y Ryan Little, What if… 1872? inicia con la introducción de los héroes. En una cantina abandonada en el desierto, un grupo de bandidos liderado por John Walker (Wyatt Russell) embosca a Shang-Chi (Simu Liu) y Kate Bishop / Hawkeye (Hailee Steinfeld) pero son vencidos a patadas y balazos, respectivamente. Según cuenta The Watcher, los dos justicieros surcan el Oeste en busca de The Hood, villano que asola a la región, responsable del asesinato de los padres de Kate y de la desaparición de la hermana de Shang-Chi, Xialing. Esa misión los lleva a un pueblo recientemente arrasado, donde hallan a un sobreviviente: Kwai Jun-Fan (Allen Deng). En base al testimonio del niño, los justicieros cabalgan la zona hasta que divisan al tren de The Hood avanzando por la arena gracias a una extraña tecnología. Antes de que atravesara mágicamente un profundo cañón, los justicieros alcanzan la máquina al galope y abordan el último vagón. What if… 1872? integra virtuosamente los elementos del western. Más allá de las locaciones, se destaca la disposición de ciertos aspectos intrínsecos del género, como la inmensidad del territorio, conflictos éticos y morales, la noción de justicia sobre la sed de venganza, la tensión y los tiempos del duelo o la acción para resolver conflictos. En el tren custodiado por los matones de Sonny Burch (Walton Goggins) y repleto de armas robadas a los más grandes inventores del país (Stark, Hammer, Cross), los héroes esperan el encuentro con The Hood. Al mismo tiempo, The Watcher otra vez rompe su palabra para cambiar el curso de la historia. Esta vez, salva la vida del niño, quien se ocultará entre el carbón hasta la resolución del capítulo. Al llegar al lugar, la acción se divide en dos escenas, aunque este montaje paralelo sólo funcionará en la resolución del conflicto. Por un lado, The Hood intenta que Shang-Chi se sume a su causa: reclutar por la fuerza a todos los inmigrantes chinos para dominar el Oeste. Ante la negativa, ambos demuestran sus habilidades en artes marciales pero la pelea se vuelve despareja cuando, a partir de los poderes de la capa, el villano se vuelve invisible y le propina una paliza al héroe del Oeste. A su vez, Burch hipnotiza a Hawkeye con su reloj y revela que él mismo fue el asesino de sus padres. Ante lo que parecía ser una derrota segura, Kwai Jun-Fan hace sonar una campana diez veces (los diez rings, literalmente) para que Shang-Chi recupere sus poderes y Bishop recobre la conciencia. Mientras Hawkeye derrota Burch y sus matones en el tren, el héroe oriental empareja la pelea contra su enemigo y logra sacarle su capa roja, sólo para descubrir que se trataba de su hermana Xialing (Meng’er Zhang). Dispuesto a morir por lealtad a su familia, Shang-Chi queda a merced de la navaja de Xialing, pero finalmente Hawkeye la detiene a balazos mientras The Hood se pierde por los aires en el desierto. What if… 1872? culmina con los míticos héroes otra vez partiendo a caballo hacia el horizonte para continuar su lucha contra el mal que asola el Oeste, mientras que hay un guiño sobre la futura conversión de Kwai Jun-Fan en Iron Fist. Hartos de estas intromisiones, The Eminence (Jason Isaacs) y otros Watchers detienen a Uatu en el último pasaje del episodio. De esa forma, se allana el camino al gran conflicto final de la temporada y la serie. Y aunque el cese en el movimiento en la segunda mitad le quitó ritmo a la historia, el capítulo termina arrojando un balance positivo, ya que la tragedia final y la deslucida apuesta por las artes marciales no opacan el brillo de un relato construido en base al género que es sinónimo de cine: el western.
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