
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Si bien el sexto capítulo de Creature Commandos puede considerarse una transición hacia el final de la temporada, la historia funcionó motorizada por las subtramas del grupo. Separados tras la emboscada del ejército de Polokistán, los monstruos debieron afrontar diversos retos para regresar a la misión. Además, el flashback del capítulo tuvo un aire a Batman: la serie animada que decididamente enriqueció al personaje en cuestión. Escrito por James Gunn y dirigido por Sam Liu, Priyatel Skelet arranca con una muestra del pasado de Doctor Fósforo (Alan Tudyk), cuando todavía era el científico Alexander Sartorius. Mientras Fósforo, La Novia (Indira Varma), Weasel (Sean Gunn) y Nina Mazursky (Zoë Chao) tratan de buscar refugio ante la persecución de los guardias, la princesa Ilana (Maria Bakalova) alista a sus tropas para la batalla contra el Creature Commandos. En tanto, Frankenstein (David Harbour) roba un avión y amenaza a sus pilotos para que lo lleven a Polokistán, mientras Amanda Waller (Viola Davis) y John Economos (Steve Agee) permanecen en un hospital junto al malherido Rick Flag Sr. (Frank Grillo). En ese marco, Priyatel Skelet sigue las tres trayectorias de los miembros del comando y, también, le dedica buena parte a la historia de origen de Doctor Fósforo. Por un lado, Weasel aparece en medio del campo rodeado por una manada de lobos. Otra vez su naturaleza salvaje se detiene con su inocencia y su bondad, por lo que la inminente pelea acaba en una tarde de juegos con los lobos. A la mañana siguiente, despierta con una imagen de su pequeña amiga rubia, a quien relaciona con el rostro de Ilana. Al ver el castillo, regresa a la misión. En tanto, Fósforo vaga por la ciudad hasta que se esconde en una casa, pero es descubierto por una niña. Mientras desayuna y juega con ella, ese lapso de paz se mezcla con su trágico y criminal pasado. Justamente, el corazón de Priyatel Skelet narra sus días como científico en Ciudad Gótica, donde vivía con su esposa Parvin y su hijo mientras buscaba una cura para el cáncer. Sin embargo, ese trabajo estaba financiado por Rupert Thorne (Benjamin Byron Davis), por lo que la falta de resultados fue castigada de la forma más sádica posible. Tras haberle mostrado los cadáveres de su esposa e hijo y de haberlo incriminado por sus muertes, lo encierran en su máquina de pruebas y lo someten a la radiación hasta incinerarlo. A diferencia de los otros miembros del Creature Commandos, mayormente víctimas de injusticias, el nacimiento del Doctor Fósforo se compone de un villano sin ningún tipo de humanidad, capaz que asesinar con sus manos a hombres, mujeres y niños inocentes. Luego de haber ejecutado a Thorne y a su familia, tomó posesión de su imperio criminal y se lanzó una vida de excesos, hasta que el mismísimo Batman lo detuvo. Más allá de la impronta de la serie, este flashback respeta no sólo la estética de la Ciudad Gótica de Batman: la serie animada, sino también el desarrollo de las historias de origen y ascenso de los villanos. En ese sentido, Doctor Fósforo tranquilamente podría haber formado parte de la mítica serie de los noventa. Finalmente, La Novia y Nina se encuentran de casualidad en los callejones oscuros de Polokistán. Rodeadas de guardias, su única salida es pasar la noche en un cabaret regenteado por Madam (Shohreh Aghdashloo). Más allá de las confrontaciones sobre la vida de las asesinas y la vida de las prostitutas, Nina y La Novia defienden una joven víctima de los golpes y abusos de dos clientes, a quienes masacran en la misma habitación. Con su amistad fortalecida en esa noche sangrienta, dejan la ciudad y finalmente se encuentran en el bosque con Weasel y el Doctor Fósforo. Priyatel Skelet ha sido uno de los mejores capítulos de la temporada, donde se pudo comprobar la impronta individual de los integrantes del Creature Commandos mientras que se logró profundizar en la humanidad de cada uno de los monstros. Fue una aventura lúdica y entretenida que progresó a puro movimiento ante la tensión del asedio enemigo. Así, se ha establecido el escenario hacia la confrontación final, donde queda cumplir la promesa de sangre, sadismo y lágrimas.
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