
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Luego del lanzamiento de lo que fue la primera temporada, unos cuantos afirmaban que Operativo: Lioness, por su estructura narrativa, debía ser una miniserie. Algo de razón tenían, porque esta segunda entrega se siente más como una secuela que como una continuación, un volver a enfrentar al mismo enemigo, pero en una diferente situación. A tal punto sucede esto, que hasta la premisa esencial de la serie (una unidad de élite que combina la acción militar directa con la infiltración) es alterada casi por completo a mitad del relato. Pero también hay que admitir que Taylor Sheridan –un tipo con una productividad tremenda, que acá escribió todos los episodios y dirigió los primeros dos- se las arregla para delinear una trama atrapante, que casi nunca para y que se las arregla para que los conflictos de fondo, los permanentes y morales, se renueven y hasta profundicen. Todo arranca con el secuestro de una alta funcionaria gubernamental cerca de la frontera con México y una sucesión de indagaciones que llevan a las agencias de inteligencia estadounidenses a concluir que fue una operación ejecutada por un cartel de drogas, pero con el aval y el respaldo de Irán. Y también un poquito China, y un poquito Rusia, porque todos esos países tienen un objetivo en común, que es desestabilizar a los Estados Unidos. De ahí que la necesidad de responder sea inmediata e indispensable, por lo que Joe (Zoe Saldana) deberá reclutar y entrenar de emergencia a una piloto de helicóptero llamada Josephina (Genesis Rodriguez), que está en el ejército, pero que carga con el secreto de ser sobrina del jefe del cartel que realizó el secuestro, además de traer de vuelta a Cruz (Laysla De Oliveira) para que la ayude. Casi por decantación, nada saldrá como se esperaba o querría, todo se irá complicando y la misión orbitará entre la zona fronteriza entre México y Estados Unidos, y Medio Oriente, otro lugar donde las fronteras son muy difusas y dependen de alianzas o enfrentamientos. En el medio, las decisiones se tomarán desde Washington, con Kaitlyn (Nicole Kidman), Byron (Michael Kelly) y Edwin (Morgan Freeman) jugando roles relevantes, mientras la familia de Joe vuelve a tener un rol crucial, como sostén y a la vez espejo que no siempre le devuelve la imagen que ella quiere. Buena parte de esta temporada se siente como una actualización de Sicario, aquel thriller protagonizado por Emily Blunt y escrito por Sheridan, pero con menos ingenuidad política, mayor convicción en el deber, bastante más sensibilidad y hasta algo menos de solemnidad. Básicamente, lo que hace Sheridan es mostrar con naturalidad el mundo militar y de inteligencia, profundizando en los comportamientos, ideologías y dilemas éticos. Estos últimos van más por lo afectivo e identitario que por lo geopolítico, y ahí quizás está lo más interesante que tiene la serie, en especial porque Sheridan se preocupa más por entender y hasta abrazar el patriotismo de sus personajes, que por cumplir con los parámetros de la corrección política y los cuestionamientos a la guerra contra el terrorismo. Ahí tenemos, por ejemplo, un diálogo donde Joe le cuenta a su hija que su abuelo, poco después de llegar a Estados Unidos, decidió enlistarse tras el bombardeo a Pearl Harbor, porque ya había aprendido inglés y no quería tener que aprender japonés o alemán, y que ahora ella lucha para que su hija no tenga que aprender chino o ruso. Pero también es relevante el humor, escatológico, básico y bestial, que sirve para reflejar cómo los protagonistas son seres imperfectos, pero orgullosos de serlo. Eso ayuda a que las idas y vueltas de la narración -que incluye un cierre con un salvataje de último momento bastante forzado- sean creíbles y que los espectadores nos dejemos arrastrar por lo que se cuenta, porque el verosímil nunca se cae. Operativo: Lioness confirma que Sheridan, como creador y guionista, tiene un piso alto, a tal punto que parece difícil que pueda llegar a hacer una serie, o hasta un capítulo, malos.
-Los ocho episodios de la segunda temporada de Operativo: Lioness están disponibles en Paramount+.
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