Título original: Super/Man: The Christopher Reeve Story
Origen: EE.UU.
Dirección: Ian Bonhôte, Peter Ettedgui
Guión: Ian Bonhôte, Otto Burnham, Peter Ettedgui
Testimonios: Christopher Reeve, Dana Reeve, Will Reeve, Alexandra Reeve Givens, Matthew Reeve, Gae Exton, Michael Manganiello, Kevin Johnson, Robin Williams, Glenn Close, Susan Sarandon, Jeff Daniels, Whoopi Goldberg
Fotografía: Bryan Twz Brousseau
Montaje: Otto Burnham
Música: Ilan Eshkeri
Duración: 116 minutos
Año: 2024
Plataforma: Max
7 puntos
LEGADOS
Por Patricio Beltrami
La llegada de Super/Man: La historia de Christopher Reeve a los cines en esta parte del mundo fue una sorpresa por varios aspectos. En primer lugar, porque esta clase de documentales suele estrenarse directamente en streaming. Además, su lanzamiento ocurrió sólo algunas semanas después de que Joker: Folie à Deux arribara a las salas, por lo que su breve paso por la cartelera argentina coincidió con la proyección de la maltratada película de Joaquin Phoenix y Todd Phillips. Como si fuera el antídoto al oscuro y cínico mundo del Guasón, el documental le hace justicia tanto a Superman como a la figura Reeve, su intérprete más emblemático en pantalla grande. Precisamente, la producción honra los legados de aquellas personas que, a pesar de haber atravesado por enormes adversidades, dedicaron su vida a hacer un mundo mejor.
Concretamente, la trayectoria como superhéroe de Christopher Reeve es solamente un disparador para contar la vida personal y profesional del intérprete. En ese orden, Super/Man: La historia de Christopher Reeve focaliza sobre la importancia de su labor como promotor de las investigaciones científicas y tratamientos médicos para otorgarle una mejor calidad de vida a las personas con lesiones graves en la médula espinal. Por ese motivo, el documental se centra en el hecho que marcó la vida de Reeve para profundizar en los casi diez años que padeció esa condición, y cómo él y su esposa Dana lograron resignificar la tragedia en un activismo político, social y solidario que incluso trasciende la vida de ambos. Así, el largometraje tiene la virtud de utilizar el vínculo entre el actor y el superhéroe para contar una historia más grande, más conmovedora y más interesante.
En cuanto al formato, Super/Man: La historia de Christopher Reeve no innova en nada: es un documental de fórmula para streaming o televisión. Además, presenta algunas animaciones digitales poco vistosas y mucho menos creativas y elegantes de un Superman de roca flotando por el universo, al que le crece kriptonita en el cuerpo para ilustrar las lesiones de Reeve. No obstante, la narración avanza de manera fluida entre la vida profesional, personal y familiar del intérprete. En ese sentido, se evidencia un buen trabajo de guion, ya que las conexiones entre la persona y el superhéroe, la vida y el trabajo, la tragedia y los momentos felices, encuentran un orden natural y coherente.
A su vez, no existe problema para retratar a un Reeve humano, cuyo ejemplo de lucha ante la adversidad se equilibra con sus conflictos internos, sus pasos en falso con profesional y sus fracasos a nivel íntimo y familiar. Asimismo, hay un gran trabajo sobre el material de archivo para construir la vida y obra del Christopher y Dana, donde se destaca la presencia de varias personalidades reconocidas. En pocas palabras, emociona el relato de Richard Donner sobre cómo Reeve contribuyó a construir al superhéroe que influenciaría los siguientes cincuenta años de producciones del género. Al mismo tiempo, resulta genuinamente conmovedor el retrato de la figura de Robin Williams (y la de su esposa Masha), que se hace todavía más grande con su presencia, apoyo y sentido del humor permanentes para acompañar la causa y las necesidades de su amigo.
Sin embargo, el gran problema de Super/Man: La historia de Christopher Reeve es su constante búsqueda por conmover al extremo. Por una parte, la historia de Reeve y su familia presentan numerosos aspectos trágicos y desgarradores como para que el juego entre testimonios, imágenes y climas genuinamente logrados pongan al espectador al borde del llanto. Sin embargo, en estos fragmentos la música incidental (gran trabajo durante todo el documento) crece notoriamente para reforzar la sensación de tristeza y angustia que proyecta esta experiencia audiovisual. Si bien este propósito está logrado, la manipulación se hace evidente y resulta tan burda que provoca una molestia en medio de un relato honesto y luminoso. Pero sólo se trata de una pequeña mancha en este retrato de la vida de Reeve, cuyo legado humanitario ha trascendido su vida y ha sido apropiado por sus tres hijos. Finalmente, también se hace justicia destacando el rol de Dana Reeve, cuyo esfuerzo, calidez y sacrificio incesante durante más de una década encuentran una reivindicación a tono con el mensaje del documental: la heroína como una persona ordinaria que entregó su vida luchando a diario contra lo extraordinario, convirtiendo la tragedia en esperanza junto al mismísimo Superman.
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