Por Mex Faliero
NdR: hay algunos spoilers.
Siguen las invenciones en Only murders in the building, en una temporada que está explorando las posibilidades de la serie como si de un multiverso se tratase: de qué otra cosa se trata esa torre donde viven un grupo de personajes marginales, que ahora descubrimos tienen la posibilidad de estar en ese edificio por un precio módico. The stunt man vuelve a poner el foco en Sazz Pataki (Jane Lynch), la víctima de la temporada, pero a través de su profesión: doble de riesgo. Esto lleva a Charles (Steve Martin), Oliver (Martin Short) y Mabel (Selena Gomez) a inspeccionar un bar llamado Concussion, que es un lugar de reunión para los dobles de riesgo. Una idea por demás divertida, en la que se da el marco para una de las sorpresas de la temporada: el regreso de Paul Rudd, pero ahora como Glen Stubbins, el doble de riesgo de Glen Glenroy, la víctima de la temporada pasada. Este Glen está realmente desequilibrado y no tiene problemas en poner su cuerpo en riesgo con tal de llamar la atención de los podcasteros, pero sobre todo para conseguir algún trabajo nuevo ahora que su actor no está. Es gracioso cómo los dobles tienen cierto desprecio por los actores, lo que complica a Charles, Oliver y Mable, convertidos en estrellas a partir de la película que se va a filmar sobre ellos. La temporada está atravesada por una farsa sobre Hollywood, que puede ser directa o más sutil como en este caso. Y en otra idea ridícula y efectiva, en el fondo del bar hay un lugar secreto en el que opera… ¡una quiropráctica! Porque obviamente esta gente requiere que les acomoden algunos huesos, aunque esta mujer tiene la habilidad de llevar a sus pacientes a un lugar de ensoñación como le pasó al bueno de Charles. Con algunas revelaciones que van derribando teorías sobre los habitantes de esa otra torre y un final con cliffhanger, The stunt man fue otra buena función de la serie, que va cerrando aparentemente su caso sobre el pobre y atribulado Charles.
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