Por Mex Faliero
En el origen tenemos la desaparición de un chico, hijo de un reputado marionetista de la televisión onda Jim Henson. Pero ese crimen, como en la reciente Full circle de Steven Sorderbergh, es tan sólo el puntapié inicial de un hecho policial que destapará otras, múltiples (tal vez demasiadas), ollas. Porque la miniserie creada por Abi Morgan no se conforma con ser nomás un thriller con elementos algo sórdidos, sino fundamentalmente un retrato de época, la Nueva York de los 80’s, con todos sus condimentos: sexualidad, SIDA, marginalidad, podredumbre, adicciones, políticos conservadores que apuestan por la mano dura…. Lo mismo que sucede con la sucesión de elementos (la investigación de la desaparición revive otro caso), sucede con los tonos que la miniserie intenta hacer coincidir: el drama de familia, el thriller, el suspenso, al retrato social… y hasta una cuestión fantástica, porque al protagonista (Benedict Cumberbatch, siempre sólido) se le representa un muppet de dos metros de altura, creación de su hijo, que funciona como alter ego. No es que necesariamente este aspecto de Eric (que es el nombre de esta criatura) sea descartable, pero es cierto que por momentos está jugado hacia un humor absurdo que desentona un poco con el resto de la historia. Y, también, que por la acumulación de personajes y subtramas en atomizados seis episodios, por momentos todo se siente vertiginoso y no del todo bien acabado. Como si la miniserie se atragantara un poco con todo lo que tiene para mostrar y contar. Más allá de esto, Eric resulta atractiva, cuenta con un elenco sólido (también se lucen Gaby Hoffmann y Dan Fogler), y su recreación de época es notable. Inclusive con algunos reparos que tienen que ver con indefiniciones de tono, Eric es una propuesta que se distingue en el actual panorama de las series en plataformas.
NdR: Los seis episodios de Eric se encuentran disponibles en Netflix.
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