Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
La reciente cancelación de S.W.A.T. (debido esencialmente a cuestiones más financieras y de derechos, porque los números de rating eran óptimos) es una mala noticia, porque estábamos ante el típico caso de procedural rendidor. Es decir, ese tipo de series que abundan en la televisión abierta norteamericana, pero que suelen estar ausentes en el contenido original de las plataformas. Creada y desarrollada por Shawn Ryan (conocido principalmente por The shield, una de las series policiales más oscuras de la historia reciente) es una actualización de la serie original de los setenta, centrada en una de esas típicas unidades tácticas y de asalto de la Policía de Los Ángeles. Aunque claro, con una diferencia relevante: a contramano de la “realidad”, en esta ficción el grupo de uniformados realiza también tareas de investigación y persecución de criminales, lo que permite el planteo de toda clase de historias. Al mando está el Sargento Daniel “Hondo” Harrelson (Shemar Moore), que fue elegido para su puesto en buena medida por una cuestión de corrección política y diversidad -es negro, en una ciudad conocida por la violencia policial hacia los afroamericanos-, pero que es también un profesional extremadamente capacitado. La narración de Ryan no esquiva esto y hasta suele ponerlo en primer plano, porque Hondo, nacido y criado en un barrio de clase trabajadora, debe lidiar constantemente con la desconfianza de muchos sectores que lo ven como alguien que se ha vendido a un instrumento de vigilancia y opresión por parte de los blancos. Con esa base, S.W.A.T. se permite tener una aproximación casi sociológica, donde el tejido urbano de Los Ángeles es también un escenario repleto de tensiones, en el que las perspectivas sociales y culturales, y hasta el juego de la política, poseen roles relevantes. A la vez, la serie siempre pone el foco en casos complejos, con un despliegue de acción significativo, con bastante hincapié en la espectacularidad y la fisicidad. Y eso lo acompaña con una galería de personajes que, sin descollar, son bastante atractivos: además de Hondo, están el oficial Jim Street (Alex Russell), un novato que es muchas veces demasiado impulsivo, pero también muy capaz; el Sargento David “Deacon” Kay (Jay Harrington), un hombre de familia que aspirar al rol de jefe; y la Capitana Jessica Cortez (Stephanie Sigman), que busca hacerse su lugar en la política del Departamento; entre varios otros. Ryan no pretende innovar demasiado en esos retratos, solo adaptándose a las discusiones coyunturales sobre diversidad y género, porque, al fin y al cabo, la confianza está depositada en los casos que se suceden capítulo a capítulo. Allí, en el plano de la acción y el policial, S.W.A.T. es directa, honesta y sumamente efectiva, lo que le permite después trabajar los conflictos personales con fluidez. Es que, por sobre todo, la empatía con los protagonistas se genera a partir de su profesionalismo incuestionable, incluso cuando ciertas situaciones ambiguas los ponen frente a dilemas morales. Aunque está lejos de ser una maravilla y no aporta demasiadas innovaciones, los más de 120 episodios de S.W.A.T. se pueden ver de forma casi adictiva -son como golosinas que se comen una tras otra, sin parar- y se pasan volando. Una pena que se haya cancelado una serie cuyo armado le podría haber permitido ser emitida durante décadas.
-Las seis temporadas de S.W.A.T. están disponibles en Star+. Las tres primeras temporadas también pueden verse en Prime Video.
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