Por Mex Faliero
NdR: Este texto contiene spoilers.
Un capítulo de Barry sin Barry. O casi. No sólo porque Barry Berkman (Bill Hader) apareció recién en la ante-última escena del episodio, y en el revelador flashforward del final (luego vamos a ir ahí), sino porque además en verdad la presencia del killer se hizo sentir aunque su figura no se corporizara por ningún lado luego de la fuga de prisión del capítulo anterior. It takes a psycho, otra vez dirigido por Hader, se centró en las consecuencias para el resto de los personajes en relación a la citada fuga, la mayoría con un sino trágico que dejó de lado un poco la comedia. En el caso de Fuches (Stephen Root), los agentes lo muelen a golpes y patadas creyendo que tuvo algo que ver en lo que pasó con Barry. Pero para suerte de Fuches, su reticencia a soltar prenda motiva un giro en el punto de vista que el resto de los presos tiene sobre él. ¿Liderará una revolución en la cárcela? Uno de los momentos más trágicos se dio con Gene Cousineau (Henry Winkler), que es enviado a una casa alejada por seguridad y, en plena paranoia, termina disparando contra un intruso que cree que es Barry pero en verdad es su hijo Leo (Andrew Leeds). No sabemos si murió, pero sin dudas este es un evento fuerte para Gene del que tal vez no se podrá recuperar. Más trágico aún es lo que sucede entre NoHo Hank (Anthony Carrigan) y Cristóbal (Michael Irby). NoHo pactó con los chechenos el regreso a Los Angeles y para esto tuvo que eliminar a todos los mafiosos con los que estaban trabajando en el tráfico de arena (en una escena tan inusitada como asfixiante y con una puesta en escena virtuosa). Esto motivó un desacuerdo con Cristobal que terminó en el primer gran giro de esta temporada, y la resolución más triste hasta el momento: El asesinato de Cristobal a manos de los mafiosos que responden a Hank. Pero si hablamos de giros y revelaciones It takes a psycho se reservó para el final la más grande sorpresa hasta el momento en toda la serie. Barry estaba oculto en el departamento de Sally (Sarah Goldberg), pero lejos de conmocionarse, la actriz le propone huir. Y cuando pensábamos que el episodio se resolvía con esa salida sorpresiva, de repente nos encontramos con un chico en una casa rural que tiene una discusión con otro joven. Enojado, se va para su casa donde descubrimos que no se trata de otro que del hijo de Barry y Sally. O eso parece. Mientras nos acomodamos la mandíbula, que se nos cayó al grito de “WTF!!!”, comenzamos a elucubrar teorías, ejercicio inútil puesto que Hader y los suyos han construido una obra imprevisible. Gran episodio que fue en un crescendo brillante, hasta ese epílogo que nos pone todo patas para arriba. ¿Qué puede pasar a partir de ahora?, no lo sabemos, sólo nos disponemos a disfrutarlo.
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