No estás en la home
Funcinema

Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos

Título original: Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings
Origen: EE.UU. / Australia
Dirección: Destin Daniel Cretton
Guión: Destin Daniel Cretton, Dave Callaham, Andrew Lanham
Intérpretes: Simu Liu, Tony Leung, Awkwafina, Meng´er Zhang, Fala Chen, Michelle Yeoh, Wah Yuen, Florian Munteanu, Andy Le, Paul W. He, Jayden Zhang, Stephanie Hsu, Kunal Dudheker, Tsai Chin, Jodi Long, Dallas Liu, Ronny Chieng, Daniel Lu, Fernando Chien, Zach Cherry, Raymond Ma, Harmonie He, Benedict Wong, Dee Bradley Baker, Ben Kingsley, Tim Roth
Fotografía: Bill Pope
Montaje: Elísabet Ronaldsdóttir, Nat Sanders, Harry Yoon
Música: Joel P West
Duración: 132 minutos
Año: 2021


6 puntos


LA ACEPTABLE MEDIANÍA MARVEL

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

A esta altura, el corpus (también televisivo, pero particularmente cinematográfico) es tan extenso y está tan consolidado, que incluso permite que las nuevas obras aprenden y toman lecciones de sus predecesoras. Es como si hubiera una especie de “Manual Marvel”, que no solo indicara procedimientos, sino también posibles contingencias y hasta roles para cumplir para cada película o serie. Dentro de ese panorama, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos cumple una función de presentación e introducción, pero también de descanso. Es que, luego de las múltiples novedades narrativas ofrecidas por las series WandaVision, Falcon y el Soldado del Invierno y Loki, y de esa especie de precuela obligada -y algo fallida- que fue Black Widow, el film de Destin Daniel Cretton es como una vuelta a lo seguro y conocido.

Y eso que estamos ante una película que no solo debe presentar a un nuevo superhéroe, sino también un pequeño universo propio y, encima, cumplir con los mandatos de representatividad que indican los dogmáticos parámetros de la corrección política dominante. Pero Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos aprende de, por ejemplo, Capitana Marvel, a no bajar línea de forma muy explícita y, en cambio, incorporar todo el componente asiático a través de las materialidades utilizadas por la narración. En este caso, con la historia de Shaun/Shang (Simu Liu), un joven que vive una existencia sin mucho futuro en San Francisco, hasta que su pasado lo alcanza y lo obliga a retornar a Asia, donde termina enfrentado con su padre (Tony Leung), un hombre casi inmortal que conduce una misteriosa y poderosa organización llamada Los Diez Anillos. El propio Leung, junto a Michelle Yeoh (que tiene otro rol decisivo), desde sus portes de estrellas internacionales, son vehículos a un imaginario oriental -o sobre lo que supuestamente encarna Oriente- que abarca films de fantasía y artes marciales, como Héroe, El arte de la guerra y El tigre y el dragón, pero también relatos policiales como Infernal affairs. De todos ellos se alimenta la puesta en escena de Cretton para ir construyendo un marco propio.

Lo cierto es que Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos va de menor a mayor, a medida que va dando carnadura a los protagonistas y progresando con los conflictos que plantea. Si el ser un film que apenas si tiene algunos lazos concretos con el Universo Cinemático de Marvel le juega a favor para avanzar con bastante autonomía; también necesita de ese espectador marveliano que le perdone unas cuantas arbitrariedades y cabos sueltos en su argumento. Recién en su segunda mitad consigue fusionar apropiadamente la combinación de drama familiar, donde la figura paterna encarnada por Leung juega un rol decisivo; con la comedia cimentada en lo referencial en la que el personaje de Awkwafina es el que tiene mayor peso. Y si bien despliega unas cuantas ideas visuales más que interesantes, también le falta mayor inteligencia y sensibilidad para otorgarle una dimensión más concreta y palpable al recorrido de su protagonista.

Eso sí, a lo largo de todo su recorrido, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos exhibe una consciencia precisa del tamaño y alcance de sus ambiciones y posibilidades. Por eso no pretende bajar mensajes altisonantes sobre la diversidad, la inclusión o las implicancias éticas y morales del heroísmo, por más que a la vez posea unos cuantos pasajes donde los personajes reflexionan sobre sus propias historias y dilemas. A Cretton le alcanza con delinear un cuento ya conocido sobre un héroe un poco a su pesar, que al confrontar con sus orígenes y formación termina encontrando su destino e identidad. De ahí que Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos sea una película tan efímera como aceptable, que incluso es bienvenida en la actualidad de una franquicia que todavía amenaza con ponerse demasiado solemne.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.