Por Patricio Beltrami
Este artículo contiene spoilers.
La semana pasada en Disney+ se estrenó un corto especial de Los Simpson, que contó con la participación de Loki, cuya voz fue interpretada por Tom Hiddleston. Con una extensión menor a los seis minutos, la producción resulta divertida y efectiva. Además, se desarrolla desde el tono satírico y autoconsciente que históricamente ha caracterizado a la serie animada. Pero The good, the Bart and the Loki no se trata del Dios de las Mentiras ni de Springfield, sino que simplemente demuestra que dos enormes potencias como Marvel y Los Simpson solo son eslabones dentro del multiverso de Disney.
La breve historia inicia con el enésimo destierro de Loki hacia uno de los peores rincones del universo: Springfield. Cae en el patio de Los Simpson y, como no podía ser de otra manera, genera un vínculo con Bart, su equivalente en La Tierra. Después de haberse ganado la confianza de la familia y la admiración de Homero por haber duplicado una chuleta, Loki envía a Lisa hacia Asgard, donde la niña obtiene los poderes de Thor. Al regresar al planeta para enfrentarse al Dios de las Mentiras, reúne a Los Vengadores de Springfield, que son insólitas versiones de los habitantes de la ciudad.
Por supuesto, el desenlace de la historia presenta algunos giros disparatados, aunque algo previsibles. Y como si fuera una película del Universo Cinematográfico Marvel (MCU), el cierre se estira con una interminable seguidilla de escenas post-créditos. Aun así, el corto tiene la virtud de no perder la identidad Simpson en ningún momento, ni siquiera ante la responsabilidad de cuidar a otra de las gallinas de los huevos de oro que ostenta Disney. En ese sentido, los personajes y elementos Marvel están correctamente incorporados, partiendo de las semejanzas entre dos familias altamente disfuncionales: los Simpson y la realeza de Asgard.
Justamente, la combinación de ambos universos no resulta forzada, fluye, aunque no se exhiben elementos innovadores e rupturistas. En tanto, queda la sensación de que Loki animado tranquilamente podría haber formado parte del multiverso Marvel. Durante su primera temporada, la serie protagonizada por Hiddleston ha introducido diversas versiones del antihéroe. Más allá de las siete caracterizaciones del personaje que confluyeron en El Vacío, en algún momento de la historia se observaron diferentes Lokis. Y si hubo un ciclista, un ogro o un cocodrilo, ¿por qué Loki Simpson no podría formar parte del canon del MCU?
Más allá de esta posible interpretación, durante el capítulo Los Simpson y Marvel se asumen como departamentos dentro de esa cada más enorme estructura que es Disney. Solo basta un gag para que esta situación quede clara ante el público. Sí, en tono de sátira, pero autoconsciente y brutalmente honesta sobre el poder que ostenta el conglomerado sobre sus estudios y producciones más importantes. De lo contrario, hubiera sido imposible que la serie incorporara decenas de elementos del MCU para desplegar una historia diferente ante el desgaste de sus 32 temporadas al aire. Por su parte, en este corto Marvel halló un respaldo de peso para otorgarle un impulso extra a la difusión de los últimos dos episodios de Loki. Historia redonda, que no deslumbra pero tiene buenos pasajes de humor, The good, the Bart and the Loki representó un buen negocio para los involucrados. Igualmente, una vez más Disney se consagró como el claro ganador. El multiverso está en orden.