Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Matías De Leis Correa
Guión: Matías De Leis Correa
Intérpretes: Marisol Otero, Sebastián Sinnott, Graciela Muñoz, Francisco Ortiz, Victoria Mammoliti, Miguel Di Lemme, Mariana Petracca, Lucas Montagna, Victoria Pepe, Justina Bergoglio, Leticia Cabeda
Fotografía: Facundo Acosta, Evelyn Flores
Montaje: Matías De Leis Correa
Música: Fernando Nazar
Duración: 108 minutos
Año: 2020
5 puntos
LAS GRIETAS DE UNA FAMILIA
Por Mex Faliero
El cumpleaños de 70 de una señora con un avanzado deterioro mental es el centro de Convaleciente, ópera prima de Matías De Leis Correa que indaga en los entretelones de una familia para construir una suerte de muestrario del tiempo pasado y presente de la sociedad argentina. Como en una versión extremadamente dramática de Esperando la carroza, donde hijos, nietos, primos, sobrinos y alguna vecina funcionan como representación de modelos sociales reconocibles, aquí también esos personajes se dan cita en la casa -único escenario- para evidenciar las grietas que derrumban esa construcción ideal conocida como familia. Que la abuela ya no sea una vigorosa “Mamá” Cora y en su reemplazo tengamos a esta anciana en estado catatónico, tal vez sea una metáfora inconsciente del deterioro de nuestra democracia.
Puede también que estemos haciendo metáforas un tanto apresuradas y las intenciones de la película pasen por otro lado, aunque hay una búsqueda latente de un discurso político en cada cruce entre los personajes. Comentarios, definiciones que se arrojan en esas sobremesas familiares donde el hogar se convierte en un campo de batalla. Sin ser explícitos en sus discursos (aunque la analogía con la realidad no es difícil de hacer) los protagonistas dicen sus cosas y Matías De Leis Correa refrenda o reprime a partir del punto de vista que sostiene en cada secuencia. Claramente está del lado de Catalina y Emanuel, madre e hijo, que viven solos en ese hogar junto a la abuela Nilda. En todo caso el problema de Convaleciente no es qué punto de vista sostiene, si no la poca sutileza con que lo hace, la forma subrayada con la que maneja sus pasajes más editoralizados, aquellos que apuntan a identificar al espectador.
Y no deja de ser curioso lo burda que se pone la película cuando les hace decir cosas demasiado explícitas a sus personajes, mientras por otro lado tiene la sensibilidad para construir momentos más sutiles y reposadas, con personajes charlando sobre la vida y encontrando instancias de emoción genuina. Eso pasa en la última secuencia en la que Catalina charla con Emanuel, por ejemplo. Allí hay un tiempo interno de la escena que funciona a la perfección, algo que no sucede habitualmente en Convaleciente, donde algunas situaciones parecen extenderse por demás. Daría la impresión que el director está muy enamorado de sus personajes y sus diálogos, y dilata todo sin poder soltar. Eso da la idea también de un film ambicioso que carece de la posibilidad de justificar sus decisiones de puesta en escena. La de Matías De Leis Correa termina siendo una película discreta a la que le hace falta mayor poder de síntesis.