Por Patricio Beltrami
A dos semanas del lanzamiento de la versión original de La Liga de la Justicia, dos situaciones provocaron malestar en medio de la campaña de promoción de la película. Por una parte, Ray Fisher publicó una otra carta en sus redes sociales, donde nuevamente apuntó contra los ejecutivos y responsables de DC Films, a quienes acusó por presunto racismo y manipulación de la investigación interna por sus denuncias. En tanto, la posibilidad del reboot de Superman no solo pone en jaque la continuidad de Henry Cavill, sino que representaría otro paso adelante en la depuración del universo Snyder en DC.
En su nuevo escrito, Fisher afirmó que durante las regrabaciones de La Liga de la Justicia de 2017 “se mantuvieron conversaciones racialmente discriminatorias por parte de los ejecutivos de Warner Bros. Pictures: Toby Emmerich, Geoff Johns y Jon Berg”. Según el actor que interpreta a Cyborg, los directivos consideraban que no podían “tener a un hombre negro enojado en el centro de la película”. Además, remarcó que no solo modificaron el arco narrativo de Cyborg, sino que también procedieron a “eliminar a todas las personas negras de esa película”. Finalmente, también volvió a cargar contra el presidente de DC Films, Walter Hamada, a quien le exigió un pedido de disculpas hacia todas las personas que habían participado de esta investigación interna.
Sin embargo, Fisher no representa el único frente abierto. Días atrás se confirmó que el estudio está desarrollando una nueva película de Superman, que será escrita por Ta-Nehisi Coates y producida por Bad Robot (J.J. Abrams). Posteriormente, trascendió que Henry Cavill no estaría involucrado en el proyecto, ya que pretenden contar con una versión negra/afroamericana del personaje. Mientras que el intérprete británico permanece en silencio, Fisher aprovechó la ocasión para criticar a Warner/DC vía Twitter: “¿Recuerdan aquella vez que Hamada y Warner intentaron destruir la credibilidad de un hombre negro y deslegitimar públicamente una investigación muy seria con mentiras en la prensa? Pero bueno, Superman Negro”.
Particularmente, no es el primer conflicto que Cavill mantiene con el estudio desde su incursión como kryptoniano en El hombre de acero. Dejando de lado las controversias que rodearon a las regrabaciones de La Liga de la Justicia y su bigote borrado con CGI, Warner nunca demostró interés en llevar a cabo la secuela de la película de 2013, ni siquiera frente a la voluntad del propio actor. Llamativamente, se trata de uno de los mejores films que ha entregado el Universo Extendido DC hasta el momento. Asimismo, las diferencias entre ambas parte se materializaron en pantalla en el cameo del superhéroe en ¡Shazam!, donde el británico finalmente no le puso el cuerpo a Superman por problemas de agenda. Además, por entonces el estudio buscaba impulsar el desarrollo de Supergirl bajo las órdenes de Joss Whedon.
Sin embargo, Whedon cayó en desgracia y terminó alejado del estudio (y de la industria audiovisual) a raíz de las denuncias por maltrato y abuso de autoridad. Y la figura de Zack Snyder resurgió al calor del incesante pedido de los fanáticos de DC para que se cumpliera un deseo que parecía imposible: el estreno de la versión original de La Liga de la Justicia. Pero, incluso con todo el viento a su favor, la continuidad del Universo Snyder en DC resulta improbable. En sus últimas declaraciones, el realizador aclaró que no tenía planes confirmados con el estudio más allá del lanzamiento de su corte. A su vez, a este panorama de incertidumbre hay que sumarle otros factores que dinamitarían el vínculo entre ambas partes: el agravamiento del conflicto de Fisher con DC; la falta de precisiones sobre el futuro en la franquicia de varios actores clave, como Henry Cavill, Ben Affleck o Jared Leto; o la ausencia de respaldo a su visión por parte de los ejecutivos de Warner.
Teniendo en cuenta este marco, y más allá de los resultados artísticos y económicos del estreno de La Liga de Justicia simultáneamente en cines y streaming, no sería ilógico que la película cierre la etapa Snyder. En esa línea, posiblemente The Flash sea el proyecto elegido para establecer el nuevo camino de la saga, introducir nuevas historias y personajes y, sobre todo, cambiar actores en conflicto y tramas que no funcionaron. Todavía se desconoce si Warner buscará insistir con el armado de un gran entramado de historias o, partiendo del reciente fracaso, limitarse a películas sin mayores conexiones entre sí y series que funcionen como spin-off o precuelas de los largometrajes. En otras palabras, para concretar la depuración del Universo Snyder y presentar el nuevo canon del estudio, aunque esto implique sacrificar a Superman y Batman.