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Funcinema

Con el viento

Título original: Ídem 
Origen: Argentina / España / Francia
Dirección: Meritxell Colell Aparicio 
Guión: Meritxell Colell Aparicio 
Intérpretes: Mónica García, Concha Canal, Ana Fernández, Elena Martín, Xavier Martín, Paquita Pérez, Rakhal Herrero, Florencio Ortega, José Mari Martín, Jose Mari Crespo 
Fotografía: Julián Elizalde, Aurélien Py 
Montaje: Ana Pfaff
Música: Bernat Font 
Duración: 108 minutos
Año: 2018


6 puntos


MOMENTO DE INCERTIDUMBRE

Por Guillermo Colantonio

(@guillermocola)

El comienzo de Con el viento establece su política formal y emotiva. Planos cerrados y una especie de danza contemporánea llevada a cabo por la protagonista nos colocan en un cuadro de intimidad absoluta y de encierro. No hay mucho más para mirar más allá de un gesto adusto y de silencios. Una llamada desde España provoca un traslado y el reencuentro con familiares. Sin embargo, el motivo está fundado en la desgracia: el padre ha fallecido luego de padecer Alzheimer. El pasaje de Buenos Aires a Las Loras supone un desarraigo y una dolorosa vuelta hacia esas zonas rurales que parecen suspendidas en el tiempo, de rituales con mujeres, juegos de cartas y costumbres arraigadas como el musgo a las piedras, situaciones que tan bien han retratado García Lorca y Machado entre otros.

Hay un notable manejo de la fotografía y no existen reparos en torno al impecable seguimiento de los personajes en relación a sus sentimientos. No obstante, en determinados segmentos, tanto cálculo provoca una atmósfera desangelada que atenta contra esa necesaria empatía con aquello que vemos. Por otro lado, parece bastante evidente la invitación a asociar la cuestión de la danza con el resorte anímico de Mónica, incapaz de lidiar con ese vínculo fluido que debería haber con su mamá y su hermana.; también, que los nervios expresados con los movimientos de cámara y los cortes al principio se atenúen en planos más calmos cuando el viento sopla en los desérticos parajes. A Meritxell Colell Aparicio le importa más la técnica que la historia y esa es su apuesta. En el camino, quedarán aquellos que estén dispuestos a sumergirse en las azuladas y melancólicas imágenes.

Existe una cierta tendencia en películas que recorren festivales cuya naturaleza artística radica en los silencios y en los susurros. En general, proponen un espejo virtuoso de los directores antes que esa vena más cercana al público. Esta elección supone riesgos (bienvenidos sean), pero el precio puede ser caro, sobre todo cuando lo críptico y lo formal están por encima de una historia, por más mínima que sea.

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