Título original: En man som heter Ove
Origen: Suecia
Dirección: Hannes Holm
Guión: Hannes Holm, basado en la novela de Fredrik Backman
Intérpretes: Rolf Lassgård, Bahar Pars, Filip Berg, Ida Engvoll, Tobias Almborg, Klas Wiljergård, Chatarina Larsson, Börje Lundberg, Stefan Gödicke, Johan Widerberg, Anna-Lena Brundin, Nelly Jamarani
Fotografía: Göran Hallberg
Montaje: Fredrik Morheden
Música: Gaute Storaas
Duración: 116 minutos
Año: 2015
8 puntos
RELATO AGRIDULCE SOBRE LA VEJEZ
Por Jesica Berman
Ove, cuya vida parece marcada por la fatalidad, se nos presenta como un hombre un tanto arisco sin el menor deseo de relacionarse con su pequeña comunidad de vecinos en la que ha implantado unas estrictas normas de convivencia. Sin embargo, a pesar de su flagrante aversión a la gente, siempre es empujado por una irrefrenable tendencia innata a ayudar a las personas que necesitan su ayuda. A través de numerosos flashbacks, el largometraje va profundizando poco a poco en la vida de Ove, marcada por la fatalidad desde su más temprana infancia. Cada uno de estos flashback ilumina al espectador para llevarle a comprender por qué Ove es como es, por qué reacciona como lo hace y por qué tiene tan pocas ganas de vivir.
El momento presente nos muestra a un Ove jubilado en contra de su voluntad, que vive completamente solo y cada día visita la tumba de su esposa, mientras trata de soportar a sus nuevos vecinos, un matrimonio formado por un sueco y una mujer iraní; sin lugar a dudas, ella es el personaje más luminoso y vitalista de toda la película.
En Un hombre llamado Ove, el director sueco Hannes Holm adapta la novela homónima, al parecer muy exitosa a juzgar por el hecho de que haya sido traducida a más de treinta idiomas, del escritor sueco Fredrik Backman. Holm dirige con solvente oficio una agradable película que sin embargo desaprovecha las innumerables posibilidades que el personaje ofrecía para elaborar un discurso más profundo acerca de las relaciones humanas, de las dificultades que se plantean en la convivencia entre desiguales, de la amargura de vivir en soledad, de la complejidad de huir del pasado y pasar página ante el dolor y de la fatalidad vital como determinante del carácter del ser humano.
La historia se mantiene con buen ritmo, construyendo un relato llevadero y dinámico más allá de caer en algunos sentimentalismos. Se trata de un drama sobre la vejez, que logra imbuir de humor y corazón la historia de vida de un hombre abatido sin sacarle un gramo de peso a las fatalidades de la vida.