Por Mex Faliero
Lunes a la mañana y último paquete de cortos internacionales. El 39° UNCIPAR comienza a despedirse con un par de competencias que han mostrado un balance un tanto desparejo, aunque la programación nacional ha tenido más picos para rescatar. Será larga la espera hasta las 19:00, cuando se realice la ceremonia de cierre y los jurados anuncien los ganadores.
En este último programa de la Competencia Internacional, es digno de destacar el belga En face, de Jeanne Privat, que retoma los postulados formales y psicológicos de La ventana indiscreta de Hitchcock, con el mirón -en este caso una señora- escudriñando lo que ocurre con sus vecinos. Claro que el componente europeo también deja rastro de una burguesía que implosiona y se desmorona, incluso con toques de humor sutil y oscuro en la senda de un Chabrol. Tal vez apela demasiado al efecto sorpresa en el final, y una sorpresa que se ve venir, pero no deja de ser atractivo por todo lo que sugiere.
En La vorágine, de Cristóbal Sánchez, asistimos a una interesante cruza entre ficción y documental, para abordar la realidad social de los marginados en Valparaíso. La ciudad sufrió hace algunos años el incendio más grande de su historia, con varias hectáreas arrasadas por el fuego, muchas de ellas habitadas por los sectores bajos de la población. Esta tragedia, para el director, no es más que una consecuencia de las injusticias y el revés que entrega el mundo empresarial -en connivencia con el Estado- hacia los más pobres. Un film que tarda un poco en encontrar su tono, pero que deja una superficie áspera e incómoda.
Y siempre aparecen esos cortos que se valen de los recursos formales para generar interés, más allá de que la anécdota no termine de estar bien redondeada o se le note la búsqueda de efectismo por todos los rincones. Es el caso de Suspendido, film mexicano de Fran Vidal, que retoma esa idea intrigante del que personaje despertando en un lugar que no reconoce y su progresiva búsqueda de conciencia. Estamos en el terreno del thriller y la puesta en escena, con Vidal demostrando que sabe manejar la cámara con virtud en unos planos secuencia para el aplauso. Tal vez Suspendido no sea más que un juego divertido y -por momentos- tenso, que podría aspirar tranquilamente a ser un capítulo de La dimensión desconocida, final pesimista incluido.