Tribus

Buena

¿QUÉ ES LO QUE MARCA LA DIFERENCIA?

Por Rocío Belén Rivera

(@fancinemamdq)

Claudio Tolcachir sigue en las tablas con Tribus, obra reestrenada hace pocos días. Con una temática similar a la ya comentada anteriormente en este sitio, La omisión de la familia Coleman, el director se vuelve a inmiscuir en las problemáticas de una familia disfuncional, esta vez de la mano de la autoría de Nina Raine.

Repitiendo la comicidad que reina en la dinámica entre los personajes, la risa grotesca vuelve a hacerse presente en las situaciones ridículas que se presentan. Al frente de las mismas, se encuentra un padre de familia desalentador, critico acérrimo de sus hijos y su esposa, ya que se instala en un escalón por encima de todos y desde allí critica a quienes tiene a su alrededor. En la vereda de enfrente tenemos a la madre de familia, sencilla, tranquila, más humana que el padre, quien inviste una relación materna más normal que aquella que el padre representa, aunque encubridora de la situación tensa que vive atravesando a su familia. Del otro lado de la composición familiar, tenemos a los tres hijos del matrimonio: Vanina, Marcos y Guillermo. Los dos primeros son dos” hijos pródigos” que volvieron al hogar familiar luego de fracasar tanto laboral como amorosamente. Por su parte, Guillermo ha regresado a su lugar de origen luego de un viaje de estudios. Su condición de sordera lo ha llevado a minimizar su relación con el afuera, pero en el momento en que lo haga, su vida y la de su familia cambiarán radicalmente.

Tomando, como en La omisión de la familia Coleman, a la familia como un lugar de prisión, Tribus encierra en cada uno de los personajes un prototipo ciudadano diferente: aquel que se queja y critica, pero no hace nada para cambiar (el padre), la cómoda inactiva (la madre), la bohemia (Vani), el impotente (Marcos) y quien rompe los esquemas (Guille). Las actuaciones son pertinentes, ponderando aquellos intérpretes que complementan su performance mediante el uso de lenguaje de señas (Guille y Victoria, su novia), las demás son todas homogéneamente correctas, sin destacarse una sobre otra.

La puesta en escena representa el living y la cocina de esta particular familia, escenario de los encuentros y desencuentros, que este clan experimentara en más de una hora de función. El teatro donde se presenta (Timbre 4) se presta de forma ideal para tal cometido: es amplio y con varias aberturas para que los actores entren y salgan de escena, permitiendo la verosimilitud de un movimiento emplazado en una casa de familia.

Tribus un tema ya híper estereotipado en la cartelera porteña; algunos le introducen novedades desde la actuación, pero los más originales le inyectan un plus en la puesta en escena. En este caso en particular, todo resuena a la pieza que en gran medida ha llevado al éxito a Tolcachir y a parte del elenco que conforma Tribus, aunque en este caso se trata de una familia de una clase mejor posicionada económicamente y que por esa razón anula y trata de esquivar la situación de ese hijo que hace ruido y marca la diferencia dentro del marco familiar, pero a grandes rasgos se entiende que no es el único problema que intentan eludir. Es así como en esta obra se trata el problema entre padres e hijos, e incluso entre hermanos, que en su afán de superarse y establecer una mejor relación terminan desbaratando sus vidas, conduciéndolas hacia un futuro confuso.

Dirección: Claudio Tolcachir Autoría: Nina Raine Versión: Federico González Del Pino, Fernando Masllorens Actúan: Victoria Almeida, Maruja Bustamante, José María Marcos, Lautaro Delgado, Miriam Odorico, Gerardo Otero Diseño de vestuario: Ana MarkarIan Asistencia de vestuario: Florencia Pinto Gutiérrez Diseño de luces: Ricardo Sica Adaptación de escenografía: Sofía Vicini Visuales: Christian Gadea Diseño Gráfico: Karina Hernández Fotografía: Giampaolo Samá Coach LSA: Karina Hernández Asistencia de dirección y Producción ejecutiva: Pedro Ferreyra Sala: Timbre 4 (México 3554, CABA) – Sábados a las 17:00.

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