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Cómo ganar enemigos

comoganar1Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Gabriel Lichtmann
Guión: Gabriel Lichtmann, Viviana Vexlir
Intérpretes: Martín Slipak, Javier Drolás, Inés Palombo, Eugenia Capizzano, Sagrado Sebakis, Gabriela Izcovich, Carla Quevedo, Sebastián Kirzner
Fotografía: Nicolás Trovato
Montaje: Agustín Rolandelli
Música: Diego Voloschin
Duración: 78 minutos
Año: 2015


6 puntos


Problemas de sangre

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

comoganar2Cómo ganar enemigos tiene por momentos una lucidez y un ritmo que la hacen una película inteligente, segmentada en casi 80 minutos que arrojan muchas ideas complementadas con la efectiva dirección de Gabriel Lichtmann. El problema de estas ideas es que no siempre fluyen con la misma fuerza en el relato y algunas se quedan dispersas y aisladas una vez se llega al cierre. Incluso se pierde mucho del suspenso que la misma película construye con maestría desde el guión. Lo que sin lugar a dudas mantiene un nivel uniforme es la actuación de Martín Slipak, que ya hace un tiempo ha dejado de ser una promesa para ser uno de los actores más versátiles que haya entregado el cine argentino en los últimos años, con un personaje neurótico con el cual podría caer fácilmente en la caricatura.

El relato tiene a Lucas Abadi (Martín Slipak) como a un muchacho tímido, talentoso y esencialmente bueno que trabaja como abogado en el estudio que comparte con su hermano Max (Javier Drolas), un tipo carismático y versátil que parece llevarse el mundo por delante. Sin mayores altibajos, Lucas desea poder comprarse un departamento con sus ahorros mientras convive con el estridente casamiento de su hermano, para el cual escribe el discurso. Un día retira con su hermano la plata y la deja en la casa de sus padres, donde vive temporalmente. En un golpe de suerte, conoce a una rubia hermosa (Inés Palombo) que solicita ayuda en un café que frecuenta y, tras resolverle la situación, queda en una cita que va bien encarrilada hasta la mañana siguiente, en que descubre que le robó todo el dinero que tenía para comprarse el departamento. Atosigado por un mundo machista y por la frustración que le pesa por lo ocurrido, el incidente abrirá viejas cicatrices del vínculo con su hermano y comenzará a sospechar de todas las personas próximas que pudieron contratar a la chica para robarle. Utilizando sus conocimientos de literatura policial, irá desmenuzando el mapa de pistas que se le presenta hasta dar con la verdad.

El tono cómico de la historia tiene más que ver con cómo Lucas contrasta con un mundo al que se ha adaptado, pero en el cual se siente alienado, y en cómo las herramientas que cuenta para defenderse lo ayudan a resolver sus conflictos más allá de no tener “calle” o “experiencia”. Sin embargo, se trata de una comedia con un tono amargo cuando entendemos la dinámica familiar que, astutamente, Lichtmann describe plano a plano con naturalidad, en particular en su primera mitad, donde también brillan algunas secuencias como la cita entre Lucas y “Bárbara”. El clima policial que se teje tras esta cita genera un suspenso sutil que se termina demasiado pronto, con una resolución que se torna apresurada. La forma en que convive la sutileza que se desarrolla en el suspenso y un final cerrado y autoconsciente de su naturaleza (incluso lo menciona el mismo Lucas) resulta desconcertante, en particular porque se resiente el drama de lo que está ocurriendo.

Agil e intensa al mismo tiempo, Cómo ganar enemigos por momentos parece una película tan neurótica como su protagonista, sin que ello no implique que consiga que algunos de sus fragmentos sean lo suficientemente interesantes como para prestar atención al trabajo de Lichtmann, en particular porque su capacidad de dirección demuestra un gran conocimiento de los géneros cinematográficos.

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