Por Rodrigo Seijas y Mex Faliero
-Lunes 22, a las 22:00 por Fox1, Al diablo con las noticias. La dupla Will Ferrell – Adam McKay es autora de varias de las mejores comedias norteamericanas de este nuevo siglo. Esta es la primera vez que realizan una secuela, y más allá del necesario filo comercial su llegada tiene que ver más con la extensión de uno de los fenómenos de culto más interesantes que ha dado el cine estadounidense recientemente. El estilo cómico de esta dupla, sumado al talento de Rudd, Carell, Koechner y un gran reparto de invitados especiales, logra uno de los films más explosivos, repletos de ideas puestas al servicio de un humor lánguido, extremo, absurdo, sinsentido. Fiel heredera de su predecesora, tal vez sea un poco irregular pero en sus momentos sobresalientes genera una felicidad inmaculada.
-Martes 23, a las 16:50 por Cinemax, Mad Max 2: guerrero de la carretera. Estupenda continuación de Mad Max, en la que el director y coguionista George Miller aprovecha el incremento en el presupuesto (diez veces mayor al de su predecesora) para redoblar la apuesta, concibiendo un relato que es pura acción y movimiento. Una película vibrante, de enorme fisicidad, que a la vez expande y solidifica un mundo desolador, sin salida, que encontró la mejor expresión posible en el rostro pétreo e impenetrable de un Mel Gibson brillante, pura presencia e iconicidad cinematográfica.
-Miércoles 24, a las 22:00 por I-Sat, The eternal return of Antonis Paraskevas. Más que interesante film griego presentado en la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata del año pasado, que mereció mejor suerte a la hora de los premios, debido a su ácida y cruda reflexión sobre la artificialidad de los medios y la desesperada búsqueda o conservación de la fama. Una película que aprovecha el encierro de su protagonista para construir una narración casi claustrofóbica, que a la vez consigue escapar de lo teatral a través del disparate y la mixtura de géneros, sin perder el eje de lo que le interesa contar, apoyándose en una excelente performance de Christos Stergioglou.
-Jueves 25, a las 22:00 por HBO Un camino hacia mí. La dupla que integran Nat Faxon y Jim Rash construye una de esas comedias elegíacas y agridulces sobre la adolescencia, que el cine norteamericano sabe contar. Aquí un joven que viaja con su madre y el despreciable amante de esta (un inhabitual Steve Carell) a un lugar de veraneo, donde lo único que hay para hacer es ir a un parque de diversiones acuáticos. Es verdad que hay mucho de Adventureland, pero Un camino hacia mí si bien sigue esos caminos entre amables y cínicos tiene menos ambiciones formales y -por ende- menos pretensiones, a la altura del cuento -perfecto- que cuenta.
-Viernes 26, a las 17:10 por Movie City Classics, Sierra prohibida. Atípico western por su tono poético, con una narración pausada y una atmósfera melancólica, que lo enlaza con la etapa crepuscular del género. Bajo la dirección de Sidney J. Furie, este film de 1966 explora diversos matices de la condición humana, como la ambición, la codicia, la venganza y el amor, aprovechando la presencia siempre hipnótica de Marlon Brando. Atención a la música de Frank Skinner, la fotografía de Russell Metty y la presencia en el elenco del legendario actor mexicano Emilio Fernández.
-Sábado 27, a las 22:00 por Max, Vino para robar. El cine nacional se debe la visita a muchos subgéneros del cine, territorios con sus reglas claras y precisas que permiten un colchón de identidad con el público mientras se apuesta por contar otras cosas. Ariel Winograd lo entendió, y Vino para robar es una de robos maestros, salteada con elementos de comedia romántica. Hendler y Bertuccelli están perfectos en sus roles, habituales en ellos pero a la vez muy bien pensados para el funcionamiento dentro de una película redonda y que acierta en todas las teclas que toca. Además, suma una historia contada en tierras mendocinas, para expandir el espacio geográfico del cine nacional y su eterno trauma porteño-centrista.
-Domingo 28, a las 22:00, por Film & Arts, Retrato de una dama. Jane Campion ha sido desde siempre una directora lúdica y engañosa, porque mientras por un lado parece adscribir a un determinado cine europeo en extremo esteticista, lo cierto es que sus películas se alejan de esos moldes almidonados y logran trascender por el espíritu revolucionario que imprime en sus personajes. Y aquí, en esta adaptación de Henry James, eso se nota en el personaje de Nicole Kidman, una mujer condenada por su época pero dispuesta a torcer un poco el rumbo de ese destino aparentemente marcado.