
Título original: Courageous
Origen: EE.UU.
Dirección: Alex Kendrick
Guión: Alex Kendrick
Intérpretes: Alex Kendrick, Kevin Downes, Robert Amaya, Ben Davies, Jessa Duggar, Ken Bevel, T.C. Stallings, Rusty Martin, Joy-Anna Duggar, Rusty Martin Sr.
Fotografía: Bob Scott
Montaje: Bill Ebel, Steve Hullfish, Alex Kendrick
Música: Mark Willard
Duración: 129 minutos
Año: 2011
Compañía editora: Blushine
3 puntos
Papá por siempre
Por Mex Faliero
Cuatro policías de Albany se enfrentan al delito en su pueblo y eso parece ser lo peor del mundo, pero en verdad los mayores inconvenientes que tienen que enfrentar estos cuatro agentes es el hecho de la paternidad y sus vericuetos. Ese sería el centro argumentativo de Reto de valientes, si uno se la tomara demasiado en serio. O un poco. Porque en verdad el único objetivo de esta película -editada aquí por Blushine- es el de continuar el discurso evangélico de la productora Sherwood Pictures, brazo audiovisual de la Iglesia Baptista en los Estados Unidos. Su principal responsable, además de director y protagonista de este film, es el pastor Alex Kendrick, de quien se dice que empezó a hacer películas cuando se enteró que el cine tenía mayor influencia que la Iglesia en los Estados Unidos. Se ve que salió del freezer y se enteró.
De todos modos hay que reconocerle a Kendrick cierta solidez formal en esta película, con un trabajo de puesta en escena para nada virtuoso pero al menos muy cuidado, incluso en las secuencias de acción que están bastante bien montadas. Por lo demás, estamos ante un subproducto que se olvida de cualquier rigor dramático o narrativo en pos del protagonismo del mensaje: lo que importa aquí es dejar en claro, cada cierta cantidad de minutos, que estos personajes están a salvo porque su iglesia y su Dios los ha elegido y los ha salvado de caer en tentaciones falaces. Y el que no, es fustigado con planos acordes y una música que hace recordar a aquel perro de mirada torva que Homero Simpson le recomendaba a Mel Gibson.
En Reto de valientes tenemos al agente que se lleva mal con su hijo, mientras prefiere claramente a su hija; al agente que no tuvo padre y por eso se esfuerza para ser uno muy cuidadoso con su niña adolescente; otro que está divorciado y está ausente; y otro que nos revelará su paternidad más adelante. Ah, y un latino que adquiere la categoría de mascota simpaticona y que como es mexicano se la pasa hablando con Dios cada dos segundos. Las esposas de estos sujetos son amas de casa sin voz ni voto, o aparecen por ahí para recordarles a sus hombres que son buenos padres. Como en la terrible Un pase de gracia, esta película busca la mímesis entre los agentes del orden y la fe: nuestros guardianes terrenales son también guardianes de algún tipo de moralidad religiosa. Hay diálogos notables, como el de ese padre que le dice a su hija algo así como que él elegirá a la persona que puede quedarse con su niña y que la entregará en el altar, mientras le regala un anillo que la chica mira embobada. Para este film la paternidad es un acto reaccionario.
Reto de valientes es sorprendente en su entramado narrativo, que le lleva unos 130 minutos a su director entre idas y vueltas, que incluyen la recurrente muerte del hijo, como en Un pase de gracia. Y como en aquella la película termina con una congregación en la Iglesia, entre bajadas de línea sobre -en este caso- el hecho de ser padre. Es todo tan de tono grueso y cristalino, que se vuelve entre inofensivo y naif. Lo curioso es la osadía y el desparpajo con el que se dicen muchas de las cosas que se dicen en Reto de valientes.