Título original: The Frozen Ground
Origen: EE.UU.
Dirección: Scott Walker
Guión: Scott Walker
Intérpretes: Nicolas Cage, Vanessa Hudgens, John Cusack, Dean Norris, Gia Mantegna, Robert Forgit, Brad William Henke, Michael McGrady
Fotografía: Patrick Murguia
Montaje: Sarah Boyd
Música: Lorne Balfe
Duración: 105 minutos
Año: 2013
Compañía editora: AVH
5 puntos
Rutinaria investigación
Por Mex Faliero
Robert Hansen fue un padre de familia, comerciante y eximio cazador condenado en los años 80’s a varios siglos de cárcel por haber reconocido cuatro crímenes, pero estar sospechado de haber cometido muchos más: siempre se trataba de prostitutas y bailarinas de clubes nocturnos a las cuales secuestraba, abusaba sexualmente y luego soltaba en los bosques para terminar dándoles muerte de la misma manera que lo hacía con un animal salvaje. Su caso, ocurrido en la región de Alaska, es uno de esos tantos de asesino serial que obsesiona a la policía del lugar que sea y es la fuente principal de Cazador de mujeres, thriller que edita directo al dvd el sello AVH.
El film, dirigido por el debutante Scott Walker, tiene dos protagonistas fuertes como Nicolas Cage (el agente encargado de investigar el caso) y John Cusack (el asesino Hansen), pero además sólidos secundarios como Kevin Dunn y Dean Norris, más la chica Disney Vanessa Hudgens que ya dejó de lado hace tiempo la ñoñez pasteurizada y se atreve a roles más complicados como este, la prostituta que logra escaparse de las redes del asesino y se convierte en la testigo clave. De hecho, su personaje es lo más interesante de un film bastante rutinario, al que -como a la policía que seguía a Hansen- se le escapa de las manos lo más atractivo para centrarse en algo demasiado convencional como es el poco inspirado relato de procedimiento que lleva adelante.
La prostituta adicta Cindy tiene su estatus como personaje, y aporta al film una cuota de tensión con su silencio aterrorizado ante la acechanza del asesino Hansen: las víctimas en este tipo de películas suelen carecer de identidad, pero aquí nos encontramos con alguien íntegro, decidido a defender su posición más allá de la sordidez en la que le ha tocado vivir. Pero el director Walker prefiere darle mayor peso en la narración a la investigación y a la convicción del agente Halcombe, por cierto algo menor. El estilo que elige, de montaje veloz y ritmo sostenido, atenta un poco contra la construcción de climas -todo se resuelve un poco a las apuradas y mal- y apenas funciona en aquella secuencia sobre el final que enfrenta al agente con el asesino. La profusión de películas de este estilo le quita fuerza a Cazador de mujeres, dejando en evidencia su categoría de film rutinario.