Título original: Idem
Origen: EE.UU. / Chile
Dirección: Nicolás López
Guión: Guillermo Amoedo, Nicolás López, Eli Roth
Intérpretes: Eli Roth, Andrea Osvárt, Ariel Levy, Natasha Yarovenko, Nicolás Martínez, Lorenza Izzo, Marcial Tagle, Ramón Llao
Fotografía: Antonio Quercia
Montaje: Diego Macho Gómez
Música: Manuel Riveiro
Duración: 89 minutos
Año: 2012
Compañía editora: Blushine
4 puntos
Cómo irse al demonio (en el peor sentido) en 45 minutos
Por Matías Gelpi
Eli Roth ha sido siempre un director que desarrolla historias inicialmente prometedoras pero que después no sabe cómo cerrarlas. Le sucedió con Fiebre en la cabaña (2002), con su relato acerca de un grupo de jóvenes que rentaban una cabaña en los bosques y terminaban siendo víctimas de un letal virus, y también con Hostel (2006), que fue bastante pionera en ese subgénero de turistas en tierras extranjeras que atraviesan el peor de los infiernos. Ambas pretendían ser astutas y shockeantes en sus finales, buscando salir de ciertos lugares comunes, aunque terminaban cayendo en otros.
De Aftershock -editada en dvd por Blushine- no podemos decir que es específicamente una película de Roth, ya que está dirigida por el chileno Nicolás López, pero indudablemente representa en buena medida su forma de ver el cine (en especial el género de terror). Más teniendo en cuenta que es coautor de la idea y del guión, además de productor, presentador oficial (poniendo de manera bien visible su nombre en el afiche) y protagonista del film. Su padrinazgo con López hace recordar bastante al que Quentin Tarantino ejerció (y aún ejerce) en su momento con él mismo, y le otorga una gran responsabilidad, aún cuando no sea el director.
En base a esto, podemos decir que esta película de López en colaboración con Roth repite algunas virtudes pero principalmente los defectos de la filmografía de Roth. Aftershock tiene dos partes bien definidas. La primera es un poco larga pero funciona de manera fluida: se nos presentan todos los personajes en un par de situaciones divertidas y se prepara al espectador para el desastre total. En estos primeros 45 minutos lo que se impone es el humor, lo que hace mucho más llevadero todo lo que se está contando.
Increíblemente, ese saludable humor en la segunda mitad es abandonado para siempre. Y aunque desde el principio se podían observar ciertas arbitrariedades y algunos problemas de guión, cuando sucede el episodio mortal que pone en jaque a los personajes todo se va literalmente al carajo. Y cuando decimos todo, nos referimos no solamente al plano ficcional, sino también a la película en sí. La segunda parte es desordenada, parece contener algunos guiños a los minutos iniciales pero evidentemente todo se ha perdido, y empieza una película de terror seria y pavota, llena de arbitrariedades de un guión que tiende a desaparecer. Encima, López y Roth nos dejan una mirada cuanto menos cuestionable sobre la gente que habita las cárceles, a los que tratan como mera marionetas.
Aftershock termina siendo, de esta forma, una oportunidad para divertirse, combinando el horror con la comedia, que al final es absolutamente desperdiciada. Evidentemente, para algunos cineastas, la seriedad en el género del terror puede ser mortal.