(Este material fue publicado originalmente en el blog personal de Hernán Moyano, realizador, montajista y productor de cine. El mismo surgió a raíz del polémico texto de Jorge Carnevale que se publicó en la Revista Ñ)
La importancia de los festivales de cine
Por Hernán Moyano
Recuerdo cuando estábamos terminando la post producción de Habitaciones para turistas, nuestra primera película. Habíamos estado filmando durante 4 años. Habíamos producido con los dientes. Estábamos empecinados en terminar esa película, porque creíamos que iba a ser especial. Cuando habíamos filmado un cuarto de la película, las fuerzas nos habían abandonado y la mayoría del equipo técnico y artístico estaba agotado. Producir una película independiente, en vídeo, en esa época -2000- era una locura. Una utopía. Un acto de fe. Nadie creía en nosotros. O muy pocos, para no ser injustos. Luego de un receso grande -solíamos filmar los fines de semana, cuando había plata- los que habíamos generado el proyecto, pensábamos como motivar a la gente para seguir enfocados en el proyecto. Así fue como surgió la posibilidad de presentar un work in progress en el Bafici. Así lo hicimos. Armamos un pequeño adelanto estructurado en base a entrevistas y pensamos un tráiler bastante efectivo que editamos en el viejo avid de la facultad. Nuestro proyecto salió seleccionado -quizás porque no había tantas películas filmadas en vídeo en esa época y menos de terror- y nos presentamos. Recuerdo que la gente de Haciendo Cine organizaba la sección. Antes de nuestro Work in progress, pasaron el de la película Natural de Marcelo Mangone. Ahí nos enamoramos artísticamente de Marina Glezer. Con quien luego tuvimos el placer de trabajar en 2 ocasiones. Cuando llegó nuestro turno, Hernán Guerschuny de Haciendo Cine, presentó el proyecto y dijo que le había sorprendido el tráiler de la película. Que le generaba expectativas. En esa época no había premios para esa sección, pero el paso por el festival y los buenos comentarios, nos dieron el empujón para seguir y sobre todo generó cierta confianza en el equipo. Así continuamos. Durante 3 años más.
Finalmente, Habitaciones para turistas se estrenó un día de octubre, en el Buenos Aires, Rojo Sangre. Llegamos con la copia, media hora antes de la proyección. La noche anterior no dormimos, terminando la post producción de sonido. A último momento, al sonidista de la película se le ocurrió un gimmick divertido. Con una toma descartada de un pasillo en penumbras, iluminado solamente por una serie de tulipas, distribuidas a lo largo del mismo, planteamos un vídeo para recibir a los espectadores. Las tulipas en cierto punto del vídeo comenzaban a parpadear intermitentemente y a medida que pasaba el tiempo, la luz se cortaba. Sobre pantalla negra, una serie de flashes con imágenes sangrientas de la película, funcionaría como detonante para comenzar a sugestionar a la gente. Un cine a oscuras es realmente perturbador. La película se proyectó a sala llena. Nosotros odiamos lo que vimos en pantalla. A la gente le gustó mucho. A los jurados más, porque la premiaron con 4 premios. Mejor Película Argentina, Mejor director revelación, Mejor Actriz (Elena Siritto), y Premio del Público. Nosotros flipamos.
Luego del BARS, la película continuó su recorrido por festivales y siguió recogiendo premios. En el Festival de cine de las Américas, la película obtuvo una pequeña reseña en el Austin Chronicle. La reseña rezaba “una revelación para el cine argentino”. Unos días después, el dueño de una sala de cine de New York me llamaba a mi casa para ofrecerme estrenar la película en su sala. A pasos del Central Park. Se trataba del Pionner Theatre. El destino hizo su jugada y mágicamente todo cuadró. La película se estrenó la misma semana que se estrenaba la remake de La niebla, entre otras. Obtuvo críticas sumamente elogiosas de medios como New York Times, New York Post o Tv Guide entre otros. Era la película independiente más chica que había logrado estrenarse en cines en USA. Aquí los medios nacionales no se hicieron eco del acontecimiento y aquí la película siguió siendo desconocida. Al tiempo, vendimos los derechos de remake a la compañía The Collective. Los medios locales siguieron si hacerse eco.
La importancia que tuvieron para nosotros los festivales de cine, fue impresionante. Sin ellos, jamás hubiéramos continuado produciendo. Es más, hubiéramos abandonado el cine con un gusto amargo en la boca. Por suerte, ese funcionamiento mágico que acontece muchas veces en los festivales de cine, nos dio un empujón para seguir. Luego de eso, producimos 8 películas más y yo aún continúo ligado al cine desde la producción, el montaje y haciendo mis primeras armas como director. Recibimos distinciones de todo tipo a nivel nacional e internacional.
Para mí, muchas películas nacen en los festivales. En los halls de los cines, en los hoteles, en esas reuniones casuales que se dan a la salidas de los cines, en la empatía que se genera entre realizadores que coinciden en una muestra o en la energía que rodea a un festival. Cada vez que un festival termina, me voy con la misma sensación en el cuerpo. La sensación que no hay nada mejor que hacer cine. Y que hay que seguir filmando sea como sea. Con presupuestos enormes, con esquemas de producción guerrilleros o haciendo películas con celulares. Para mí lo mejor sería alternar una película industrial y una independiente. En el mejor de los casos.
En estos días leí una columna de un periodista llamado Jorge Carnevale en la revista Ñ. En esa columna, se ponía en tela de juicio la importancia de los festivales de cine. Se usaban palabras como “epidemia” para describir la proliferación de festivales de cine en todo el mundo. También se usaban palabras como “glamour” o se cuestionaba que directores noveles puedan acceder a hoteles que si no hicieran películas, no podrían costear. Mi primer pensamiento fue: “¿pero este señor no vive del cine?”. “¿A este señor le parece mal que haya cada vez más pantallas para poder mostrar nuestros trabajos?”. “¿Cuál es el problema que directores noveles sean hospedados cómodamente en hoteles 5 estrellas?”. “¿Cuál es el rol real de la crítica?”.
Más allá de esos sin sentidos, insinuar que un festival debería desaparecer, me pareció nefasto. Si en algún momento me cruzo con este señor, trataré de explicarle de una manera muy didáctica, más aún que este pequeño texto de descarga, la importancia que tienen para los realizadores los festivales de cine. Me encantaría explicarle que más allá de la comodidad eventual de un hotel 5 estrellas, no hay nada como el reconocimiento de tus pares o del público. No hay nada como una charla de café en medio de un festival de cine. Ningún spa del hotel va a ser más reconfortante que ver las reacciones de la gente en medio de la proyección de tu película. Y sobre todo, trataría de explicarle que para mí, los festivales de cine siempre han sido un motivo de festejo.
Es interesante leer a @Hernan_moyano porque ofrece otro punto de vista posible sobre los festivales de cine. Me… http://t.co/u84bYqQ3ZA
RT @fancinemamdq: Nos hacemos eco del texto publicado por Hernan Ariel Moyano en relación a los festivales de cine. Aquí lo pueden… http:…
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MAR DEL PLATA 2013: para seguir discutiendo el festival http://t.co/MlgyrZ1IF1 vía @sharethis