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24 horas para morir

poster dead manTítulo original: Dead Man Running
Origen: Inglaterra
Dirección: Alex De Rakoff
Guión: Alex De Rakoff, John Luton
Intérpretes: Danny Dyer, Brenda Blethyn, 50 Cent, Alan Ford, Monet Mazur, Blake Ritson, Philip Davis, Tamer Hassan, Bronson Webb, Scot Williams, Jeff Stewart
Fotografía: Ali Asad
Montaje: Alan Strachan
Música: Mark Sayfritz
Duración: 92 minutos
Año: 2009
Compañía editoria: SBP/TVE


6 puntos


El hijo bueno de Guy Ritchie

Por Mex Faliero

dead man unoCombinando elementos típicos de la comedia policial británica, especialmente la más cool que llegó de la mano de Guy Ritchie, 24 horas para morir (editada en DVD por SBP/TVE) tiene como personaje principal a un ex delincuente que se encuentra en camino de redención pero al que una deuda con un mafioso lo obliga a vincularse nuevamente con la vida criminal: si no consigue 100.000 libras para la mañana del día siguiente, será asesinado. Si bien de entrada uno teme lo peor, con una secuencia de títulos vertiginosa y clipera, progresivamente 24 horas para morir se va pareciendo más a un sub-Después de hora que a las comedias cancheras que dirigió el ex marido de Madonna. Claro está que un final heredero de los peores vicios del film de guionistas empaña un poco las cosas.

A partir de la aparición de Quentin Tarantino en los 90’s, el cine mundial parió a una serie de directores que aprehendieron del realizador de Pulp fiction lo peor y más superficial: personajes cancheros, cinismo irredimible, violencia gratuita, giros de guión innecesarios. Lo curioso es saber que Tarantino perdió rápidamente aquella faceta, pero tipos como Ritchie se congelaron en ese gesto y lo repitieron hasta el hartazgo haciendo de su cine una propuesta inmadura. 24 horas para morir, dirigida por el especialista en videojuegos Alex De Rakoff (y producida por dos reconocidos futbolistas como Ashley Cole y Rio Ferdinand), amaga con ir por ese lado, pero a poco que comienza deja en claro que sólo toma de aquello una posible referencia para ser otra cosa: el film es la larga travesía del protagonista Nick (Tamer Hassan) y su socio Bing (Danny Dyer), durante una noche, involucrándose con dealers, asesinos a sueldo, mafiosos de toda laya, lo que sea, en pos de conseguir ese dinero.

De Rakoff entiende que el ritmo no tiene que ver con un trabajo estético ni con acelerar las imágenes, sino más bien con la depuración del guión y los tiempos narrativos. En ese sentido 24 horas para morir es ejemplar y avanza sin dilaciones hacia su objetivo: ser un entretenimiento y un divertimento seguro. El film lo logra y encima le aporta el plus de ofrecer una mirada sobre cómo la crisis financiera internacional termina afectando también el trabajo de prostíbulos, dealers y demás actividades del bajo mundo. Eso, sumado a una subtrama que tiene como protagonista a la madre de Nick (una soportable, por esta vez, Brenda Blethyn), conforman un película de esas que sirven para pasar un buen momento. El final, como decíamos, no sólo es un poco traído de los pelos argumentalmente, sino que además le da un sentido de anécdota canchera que se había venido evitando durante todo el relato, y que empequeñece los resultados del film. Porque, detrás de su ligereza, hay una reflexión interesante sobre cómo aquello que llamamos “mal” es algo más cotidiano de lo que pensamos.

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