Por Gabriel Piquet
Este martes arrancó el I Festival Mar del Plata Jazz. Tarde de sol, el escenario (es una forma generosa de denominarlo) es el que tiene la Plaza San Martín, el que está en la misma manzana que la Catedral y lo que ahora podríamos decir la ex fuente peatonal. El público se va acercando de a poco, los músicos ya están preparados, son 15 en escena, una big band que la componen en su mayoría los integrantes de la ONG Improvisación Colectiva en Mar del Plata (ICM). Afinación de los bronces que van in crescendo y arrancan con Things aint´ what they used to be (Duke Ellington). Martín de la Saletta hace las veces de un director de orquesta: destacar de este tema el solo del saxofonista Federico Lera. Siguen Satin Doll (Ellington), Cute (Count Basie) y Martín de Lassaletta que hace de presentador entre tema y tema, mostrando ductilidad para hablar frente al público (no es un hecho menor, porque a la mayoría de los músicos del jazz, les cuesta mucho hablar con el público): “somos músicos trabajando por los músicos”, dice y agrega: “el jazz y la música nos salvan la vida”. Inmediatamente anuncia que van hacer Take a train (Count Basie) “un tema que nos gusta tocar mucho”. En esta versión escuchamos un solo del trompetista Matías Rivara. Como un tema enganchado por un dj en una fiesta, De la Saletta empieza a marcar con un cencerro el tiempo del tema que viene: Caravan (Ellington) y arengando a todos sus músicos hacen una interpretación con mucha onda. El solo de trombón de Emanuel Gesualdi es un momento que me recuerda al mejor Rico Rodríguez (trombonista más relacionado con el ska).
El presentador hace una invitación a bailar, ya que según él, con este tema “pueden conocer al amor de su vida”. Y es así como sale Li´l Darlin (Basie). Hacen un tema más y se despiden, anunciando que se queden: llega el trío de Jorge Armani “que fue un maestro de todos nosotros”, dirá.
Sin preámbulos el trío arranca a tocar. Armani es, sin duda, junto al Zurdo Herrera uno de los músicos de jazz que más proyección ha logrado a nivel nacional (merecido lo tiene porque es uno de los compositores que más luchó por el jazz en esta ciudad): en la banda lo acompañan Alfredo Facciolo en bajo y desde hace un tiempo nuevamente uno de los antiguos integrantes del grupo, Roque Figliuolo en batería.Terminan de hacer el segundo tema y sobre el escenario irrumpen dos personas con pancartas. Luego de dialogar con los músicos, uno de ellos toma el micrófono y dice que son familiares de las víctimas del delito y accidentes de tránsito. Le pide al público presente si pueden esperar 10 minutos mientras terminan de hacer el acto que están llevando a cabo enfrente de la Catedral. Jorge Armani habla y dice “por respeto a estas personas, vamos a parar 10 minutos”. El público aplaude aprobando y pasados 10 minutos, se reanuda el concierto.
Armani toca un tema más, hasta ese momento sin anunciar ninguno, y es recién en el cuarto tema que le dedica a su madre la canción Mil veces.
Cierran el show con un blues dedicado a Deep Purple, aquí el guitarrista demuestra todos sus dotes técnicos, vemos un solo del baterista Figliulo que homenajea el estilo de la banda de los setenta, más cercano al rock.
Más tarde nos vamos a otra sede del Festival, la Alianza Francesa.
Con la sala a pleno, es el turno de Del Hoyo Trío, otro grupo local, en mi opinión, de lo mejor que la ciudad tiene: Sebastián del Hoyo en guitarra, Martín de la Saletta en bajo y Javier Puyol en batería. El trío en el escenario: Del Hoyo que hace una introducción, la banda se suma y el tema tiene sonidos que remiten a la bossa nova y en algunos pasajes se acerca al fado. El tema se llama Sin otro particular y está en su último disco Causa y efecto. En un momento, Del Hoyo cambia su guitarra eléctrica por una española y realiza dos temas, uno sin nombre y Canzoneta, que ambos le dan una sonoridad a la banda que la hacen tomar nuevos rumbos. Es una buena iniciativa por parte del músico salirse del sonido de la eléctrica. Cierran su show con Funky monk y acá vemos a Puyol demostrar toda su capacidad como baterista, todos los matices que se le pueden sacar al instrumento en su solo.
Seguido a esto se presenta, Elan Asch Cuarteto. Esta banda integrada por Asch, saxofonista norteamericano, el guitarrista marplatense Julian Maliandi, Fernando Toyos en el contrabajo y Rene Gatica en la batería, tiene como invitado al percusionista Juan Perez Ludueña.
La gran sorpresa del día. Sin dudas, este joven de 23 años con un currículum musical que envidiarían varios consagrados, juega con elementos del free jazz, bases rítmicas que se acercan a la música de Brasil (a los ritmos más bailables). La improvisación en formato trío (saxo, batería, pandereta) que hicieron en el segundo tema lo demuestra,o el cuarto tema que se acercaba a una melodía reconocible para después ir mutando en algo mas caótico como en Fassman (autoría del guitarrista Maliandi), que toma el nombre de un mentalista español.
Este cuarteto me pareció muy interesante y creo que tiene un amplio repertorio de sonidos para explorar. El percusionista le da un toque que suma con los instrumentos que incorpora: campanitas, cencerros, cajón peruano, que ayudan a la fusión que la banda busca o intenta buscar.
No pude ver al dúo Angelillo/Ledesma. Sé que me perdí algo bueno, pero no me dieron los tiempos. No me faltará oportunidad de escucharlos, quizás los chicos de la ICM lo traigan durante el año a los shows de los sábados y ahí pueda disfrutar de estos dos grandes del jazz nacional.