Por Gabriel Piquet
En el reciente Festival de Cine de Guadalajara fue presentado el libro Carlos Enrique Taboada, el duque del terror, un material bibliográfico que recorre la trayectoria de uno de los directores de cine de terror más importantes de Latinoamérica. Adrián García Bogliano, realizador platense detrás de películas como Sudor frío o Habitaciones para turistas, colaboró con la escritura de este libro que fue una producción conjunta del Festival Mórbido (Tlalpujahua, Michoacán), el Instituto Mexicano de Cine y Editorial Jus. En diálogo con Fancinema, García Bogliano comenta cómo se involucró en el proyecto y lo que significó para él la emblemática figura del homenajeado director.
Cuando se habla de cine de terror mexicano, nos encontramos durante su historia con varios exponentes. Sin embargo, lo que sobresale comúnmente son las buenas intenciones: en la mayoría de los casos, lo que se puede distinguir es un aspecto cultural antes que su calidad. Por ejemplo, se trata de un cine que ha hecho hincapié en los mitos populares, con películas como La llorona, en sus dos versiones de 1933 y 1959, La herencia de la llorona (1947) o el hecho de haber realizado la primera película de vampiros en donde se veían los colmillos como lo fue El vampiro (1957), de Fernando Méndez. Por lo tanto, cuando hablamos del crecimiento de un cine de terror “más serio” no se puede evitar el nombre de Carlos Enrique Taboada.
Con su película Hasta el viento tiene miedo, Taboada empezó en 1967 un camino original dentro del cine mexicano, no muy continuado en ese momento pero que las generaciones posteriores valorarían y tomarían como referente. Este guionista, productor y director marcaría para siempre su filmografía con su tetralogía de terror gótico. Para García Bogliano, el mexicano es un nombre fundamental del género porque “como espectador me dio algunos de los pocos sustos grandes que he sentido en los últimos años y como fan del terror, me dio cuatro películas absolutamente extraordinarias”. Y se pregunta: “¿cuántos tienen cuatro obras maestras dentro del género?”.
-Antes de participar en este libro ¿qué conocías o sabías de la obra de Taboada?
Tuve contacto con su obra antes de participar en este libro, pero de todos modos hace relativamente poco tiempo que he visto sus películas (algunas, las que se pueden conseguir). Conocía de nombre Hasta el viento tiene miedo pero la vi en el 2008, en el primer Festival Mórbido. A partir de ahí me fasciné con su obra, sobre todo cuando descubrí Veneno para las hadas, que creo que es una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.
-¿Cómo llegaste a formar parte del libro?
El libro lo coeditan el Instituto Mexicano de Cine y el Festival Mórbido, fueron estos últimos quienes me invitaron, aunque más bien debería decir que yo me colé en el proyecto porque me enteré que lo estaban preparando y les dije que quería estar sí o sí en él.
-¿Es un libro muy hermético, sólo para cinéfilos, o para un público más abierto que puede sentirse interesado?
Creo que es un libro para un público bastante amplio. No es un estudio muy sistemático y minucioso, son aproximaciones personales hechas por gente que siente amor por la obra de terror de Taboada, porque vale destacar que su obra fue muy grande, pero acá sólo nos aproximamos a sus cuatro films de horror. Son cosas de cultura popular que a muchos les pueden parece menores, pero que yo creo que es importante que se resguarden porque son elementos que marcaron una época.
-Vos participás en un capítulo sobre las mujeres en el cine de Taboada. ¿Pudiste charlar con alguna de las actrices de sus películas?
Lamentablemente no pude hablar con ninguna de sus actrices, porque el texto lo escribí hace cosa de un año, estando en la Argentina. Mi aproximación no intenta ser la voz de la verdad, sino que es mi lectura del rol que juegan las mujeres en el cine de Taboada. A mí me interesó mucho eso porque yo, como te dije, lo descubrí tarde y siempre me hablaron mucho del papel de las mujeres en mis películas, y la verdad es que no conocía a ningún director de terror que sistemáticamente les diera un rol tan importante a las mujeres en sus películas; salvo tal vez Argento a partir de Suspiria.
-¿Tuviste contacto con la viuda de Taboada como para que te facilitara material o anécdotas para enriquecer lo que tenías escrito?
No, tampoco. Ella facilitó muchas cosas para el libro pero yo no pude estar en contacto con ella por estar en la Argentina. A Rocío Amezquita (la viuda) la conocí hace dos años pero recién tuve oportunidad de conocerla mejor ahora, a partir la publicación del libro y aunque yo no pretendía que mis interpretaciones sobre el rol de la mujer en el cine de Taboada fuesen inequívocas, sino que eran muy subjetivas, ella me dijo que muchas de las cosas que yo decía en el articulo eran ciertas, así como muchas de las influencias que yo creí ver en el cine de Carlos Enrique. Eso, la verdad, es un placer para mí.
MEXICANO
Sobre la presentación del libro en el Festival de Guadalajara, en la que participaron Rocío Amezquita y Pablo Guisa Koestinger, García Bogliano dijo que la misma fue “hermosa, muy emocionante” y que hay que tener en cuenta que se trata de un hito, ya que este material es el primero que se publica sobre la obra de Taboada. En ese sentido sorprendió la recepción de la gente: “hubo muchas preguntas y mucho interés por un libro que pretende resguardar una parte del patrimonio del cine latino”. Vale decir que en la conferencia donde se dio a conocer el libro estuvo presente también la sobrina del productor de las películas del Santo. Carlos Enrique Taboada, el duque del terror se editó este mes en México, y García Bogliano desconoce si llegará a otros países: “yo estoy luchando para ayudar a que las películas de terror de Taboada sean reconocidas en el extranjero y la gran meta para mí sería conseguir que se restauren las copias en 35 milímetros. Un poco dependiendo de eso es que creo que el libro puede conseguir una mayor circulación”.
-¿Cómo ve un extranjero como vos la obra de Taboada y cómo la ven los propios mexicanos?
En México es parte esencial de la cultura popular. Una película como Veneno para las hadas es algo que los mexicanos dan por sentado, pero que afuera nos deja con la boca abierta pensando ‘¿cómo puede ser que esta película no sea un hito en la historia del cine de terror?’. Creo que el extranjero que la conoce se sorprende pero como te digo, aún falta para que Taboada tenga afuera el estatus que se merece.
–Hasta el viento tiene miedo y El libro de piedra ya tuvieron su remake, pero no tuvieron buenas críticas. ¿Pensás que es un realizador difícil de trasladar? ¿Vos harías una remake de sus películas?
No creo que sea tan difícil de trasladar a nuestros días. Con una remake siempre el tema es cuánto estás abusando del poder de la marca y te estás durmiendo en los laureles, y cuánto realmente es que te importa esa historia. Sí, haría remakes de Taboada. Creo que toda arma es válida para poner el nombre de Taboada en el lugar que le corresponde. De hecho ahora también estoy preparando una remake de una película particularmente desconocida de Carlos Enrique, llamada Vagabundo en la lluvia, una especie de giallo mexicano, una brillante joyita de suspenso.
-¿Qué te dio como realizador su obra?
Me deja muchas cosas, pero las más importantes son el trabajo duro y la claridad y sobre todo el no habérsela creído, no haber perdido nunca las ganas de narrar. Normalmente los directores hacen sus mejores películas al principio de su carrera, pero en Taboada su mejor película, su pináculo creativo, es la última. Bueno, la última que hemos visto. Girón de niebla, que fue la última, también de terror, lamentablemente fue secuestrada por el Gobierno mientras se editaba por un problema político que tuvo su productor. Ojalá algún día lleguemos a verla.
-En el panorama actual del cine mexicano ¿hay realizadores nuevos de género que sean interesantes, que no sean Del Toro o Robert Rodríguez?
Sí, los hay. El desarrollo histórico del género en México se nota mucho. Aunque narrativamente hay cosas buenas en la Argentina, técnicamente México nos pasa el trapo. Y de directores que están haciendo grandes cosas te diría tres particularmente: Jorge Michel Grau de Somos lo que hay, una obra maestra que se aproxima de manera muy peculiar al tema del canibalismo; Emilio Portes que hizo la extraordinaria comedia negra Conozca la cabeza de Juan Pérez; y Rigoberto Castañeda, cuyo Kilómetro 31 fue el punto de ruptura que permitió el regreso del género a las salas mexicanas.