No estás en la home
Funcinema

Berlín 2011: Rodrigo Moreno calificó a su film como “difícil para el público”

El director argentino Rodrigo Moreno se presentó hoy en la Berlinale consciente de que su película a concurso, Un mundo misterioso, es un filme «difícil para el público» y que sin el éxito conseguido en su título anterior, El custodio, no habría sido seleccionado para el festival.

«Es una película que renuncia a todo virtuosismo visual y que, de no haber sido porque venía empujada por El custodio, no habría encontrado eco entre los programadores del festival», indicó el realizador, en entrevista a EFE, tras la presentación de su cinta.

El custodio le dio a Moreno el premio Alfred Bauer, en 2006, en la Berlinale y a partir de ahí «se hizo posible que vuelva a estar acá», indicó.

«Está claro que estoy aquí porque gustó, no hay un automatismo que garantice a nadie repetir a competición. Pero no me imagino debutando en una sección oficial de un festival como éste con una película como Un mundo misterioso«, explicó, sin alardes de falsa modestia.

Ambas cintas tienen en común el ritmo lento y el hecho de estar apuntaladas en el trabajo de «dos muy buenos actores». Es decir, Julio Chávez, el primero, «inmenso, como siempre», y Esteban Bigliardi, ahora.

Parten, sin embargo de dos situaciones personales divergentes: el personaje del guardaespaldas de Chávez era un individuo «con una bomba interior, en situación de agobio laboral, entre otras cosas, que un día estalla»; el de Boris que interpreta Bigliardi es alguien que opta por el camino opuesto al anterior.

«Es un individuo que, ante una situación que creía estable y de pronto se rompe -su pareja- opta por brindarse al ejercicio de la libertad errática», explicó.

Boris, el protagonista de Un mundo misterioso, es ese joven al que un buen día su pareja le pide un «break», por espacio indeterminado, y que ante esa situación se muda a un hotel y empieza así un viaje errático en un destartalado automóvil que se estropea continuamente.

El auto en cuestión es un Tokha, al que en el filme se sitúa de fabricación rumana, pero que en realidad no existe. «Es una marca inventada, a modo de la serie de coches del Este que llegaron a la Argentina tras la caída del Muro de Berlín», explicó Moreno.

Las continuas averías que sufre su automóvil son «una forma de marcar el tiempo», explica el director argentino, para quien más que adoptar una especie de «papel protagónico» paralelo, el Tokha se convierte en «el nexo de Boris con el sentido de la realidad tal vez perdida», además de «el vehículo de su viaje errático».

Entre «El Custodio» de 2006 y «Un mundo misterioso» distan cinco años, en los que Moreno, además de co-dirigir la producción televisiva «La señal de R.D. Kell», estuvo inmerso, explicó, «en un vendaval» interior.

Entre «Un mundo misterioso» y su próxima película «no distarán otros cinco años», promete Moreno, puesto que trabaja ya en su siguiente proyecto cinematográfico: un filme que llevará por título Reimon y cuyo personaje central será, esta vez, una mujer, Ramona.

VINO ARGENTINO

La Berlinale saboreó el buen vino de Mendoza con la proyección de El camino del vino, el filme del argentino Nicolás Carreras, proyectado en el ciclo Cine Culinario y que dio ocasión de comer y beber y de ver las desventuras del sommelier Charlie Arturaola, en crisis de identidad y de gusto.

«Toda rutina laboral tiene sus peligros, incluida la del sommelier. Alguno se imaginará que pasarse la vida tomando vino en ambientes y hoteles de lujo es agradable. En realidad es un sujeto tan susceptible de pedir un break como un cajero del shopping», explicó Carreras hoy a EFE, tras la proyección, de su filme.

Acompañado en Berlín por Arturaola, el catador de vinos uruguayo real que inspira su película, Carreras vivió en la capital alemana su estreno internacional, fuera de las fronteras de Argentina, tras el paso del filme por el Festival de Mar del Plata en noviembre de 2010.

«Tenía gran curiosidad por ver cómo encajaría en Europa mi película. Fue una experiencia formidable. El público realmente degustó tanto la película como lo que vino a continuación», indicó el director, quien estuvo anteriormente en la Berlinale, en 2003, en la sección Talent Campus.

El camino del vino, en formato documental aunque en realidad es cine de ficción, recordó Carreras, se proyectó en la sala del Martin Gropius Bau, uno de los museos de programación más interesante de la capital alemana, que acoge durante la Berlinale el European Film Market.

AMADOR

El director español Fernando León de Aranoa presentó hoy en la Berlinale su película Amador, una historia sobre inmigrantes luchando por sobrevivir y sobre cómo las diferencias sociales son siempre más aparentes que reales.

El largometraje, de 112 minutos, narra cómo la peruana Marcela (Magaly Solier, Oso de Oro 2009 con La teta asustada) acepta el trabajo de cuidar a Amador (Celso Bugallo), un huraño enfermo terminal, debido a las terribles dificultades económicas que atraviesan ella y su novio.

Los problemas de Marcela, que comienzan con un embarazo mantenido en silencio ante la falta de compromiso de su pareja, se multiplican cuando Amador, que se había mostrado por momentos amable tras su áspera coraza, muere repentinamente.

El núcleo de la cinta es «lo que sucede en la casa de Amador, donde la muerte de Amador deja a Marcela enfrentada a una situación que compromete su situación vital» y que «se ve forzada a seguir adelante por mera supervivencia», explicó León de Aranoa.

El realizador destacó que más que la intensidad dramática de la película, lo que le interesó del argumento son las cuestiones de carácter universal que pone de relieve la trama: la lucha ética entre los principios y las circunstancias, y el sentimiento de culpa y la religión.

«Aunque la película se centra en una muerte, de lo que habla principalmente es de la vida y del amor que mueve a Marcela a hacer lo que hace», aclaró el director.

León de Aranoa aprovechó asimismo para explicar la metáfora de las flores -constantes de una u otra forma en toda la cinta- señalando que «Marcela hace con Amador lo mismo que su marido con las flores: mantenerlo con vida todo lo que puede para sacarle rendimiento económico».

De Magaly Solier destacó que es una «increíble actriz» porque fue capaz de expresar todo el conflicto interno que padece «muy bien» a través de su «mirada» y de una manera «sutil».

La actriz peruana, por su parte, explicó que le costó cuatro meses «armar el perfil psicológico» del personaje y que consideró necesario ganar quince kilos para darle credibilidad a su aspecto.

El director concluyó su rueda de prensa apuntando que la película le exigía «un final muy claro por razones narrativas y políticas».

(Fuente: EFE)

Comentarios

comentarios

Comments are closed.