El Lido, sede de la 67ª edición del Festival de Venecia, se vio colmado anoche de estrellas y curiosos, que querían ver de cerca a sus actores favoritos. La Mostra continúa hasta el 11 de este mes y en su inauguración pudo verse, fuera de competencia, Machete, la última y violenta producción de Robert Rodríguez, que llegó vestido con un sombrero de cowboy, del que no se desprendió en ningún momento.
El primer filme de la competencia oficial que se exhibió fue Black Swan, de Darren Aronofsky, que protagoniza Natalie Portman y Vincent Cassel, presentes en la muestra y que no convenció demasiado a un sector de la crítica. Black Swan, de Aronofsky, que está ambientado en el mundo del ballet, cuenta la historia de una bailarina en crisis psicológica y de inseguridad por haber sido elegida protagonista de El lago de los cisnes, de Chaikovsky, lo que le provoca un estado de autodestrucción y esquizofrenia poco común.
Esta es la tercera vez que Aronofsky se presenta en competición en Venecia: la primera fue con La fuente de la vida, en el 2006. La segunda en el 2008, con El luchador, con la que se alzó con el León de Oro a la mejor película. En la conferencia de prensa Aronofsky sorprendió al declarar que con Black Swan piensa en volver a llevarse la codiciada estatuilla.
La nota de mayor emoción la aportó la proyección de un documental sobre Vittorio Gassman, a diez años de su muerte y el mismo día en que el actor hubiera celebrado su ochenta y ocho cumpleaños. A su exhibición asistió la familia de Gassman, encabezada por su hijo Alessandro, al que el presidente de Italia, Giorgio Napolitano le había entregado el día anterior, en el Campo San Polo, una foto que lo retrata junto al célebre protagonista de Perfume de mujer, de Dino Rissi.
Lo nuevo de Julian Schnabel llegaba hoy al Lido, entre una altísima expectación general. Sin embargo, el abucheo ha sido generalizado. Miral pretendía ser un canto a un mejor entendimiento entre los pueblos palestino e israelí, pero lo que ha conseguido es convertirse en la primera gran decepción de la Mostra veneciana, por culpa de -según las primeras reseñas- un uso “vergonzoso” de estereotipos y clichés.
La Argentina estará presente en Venecia, con la película En el futuro, del director Mauro Andrizzi, que se presentará en la sección no oficial Horizontes. En el futuro es una producción independiente, rodada en blanco y negro y protagonizada por Luis Machín, Sergio Boris y Lorena Damonte, cuyo guión es del mismo director.
El único filme latinoamericano en concurso es Post Mórtem, del director chileno Pablo Larraín, aunque en otras secciones abunda la presencia de la cinematografía de la región. Por el León de Oro compiten veintitrés largometrajes de distintas nacionalidades y una película sorpresa, que será anunciada el 6 de este mes.
(Fuentes: Diario La Prensa-20 minutos-ADN)