Un poco real, un poco artificial
Por Brian Macchi
Se podría pensar que en la época en la que se vive, el tema del racismo debería ser una problemática ya olvidada, que la humanidad ha superado inteligentemente. Pero, eso no deja de ser más que un deseo ya que el asunto sigue latente como el primer día, sobretodo en uno de los lugares donde siempre causó muchas reacciones: Estados Unidos. Un sitio que parecería estar a un nivel superior, en todo ámbito, con respecto a otros países, pero que todavía sigue sufriendo por esta desagradable causa. Un cáncer que no puede extirpar de su sociedad.
Tratando de hablar sobre esta materia, el director Neil LaBute realizó Vecinos en la mira, un trabajo (que a pesar de algunos defectos) aborda precisamente la temática racial.
La cinta narra la vida de una joven pareja que se acaba de mudar a la casa de sus sueños en Lakeview Terrace, California. Pero pronto ambos se sentirán amenazados por su vecino, un oficial del Departamento de Policía de Los Ángeles, que empezará a acosarlos porque no aprueba la relación interracial de la pareja. Este hombre se ha autonombrado vigilante del vecindario y sus constantes patrullas nocturnas han devuelto la calma al vecindario, pero su acoso sobre los recién casados y la violación de su intimidad, provocará que éstos deban defenderse con indeseables resultados.
Esta producción comienza presentando a los personajes, exhibiendo sus características, y también el entorno en el cual se moverá esta historia. Estos instantes se desarrollan lenta pero perfectamente, ya que permiten conocer a cada uno en forma precisa. A partir de allí, cuando el conflicto estalla, la película comienza a crecer en intensidad y aparece un pequeño grado de tensión, el cual ira elevándose durante el transcurso del film.
Lo mejor de la producción se encuentra durante estos minutos, ya que la temática racial explota en pantalla de manera directa, sin rodeos. Allí se exhibe como este problema no sólo puede ser generado desde el blanco hacia el negro, sino que también puede ser al revés. Se muestra como una persona cerrada e intolerante, no acepta una normal unión entre hombre y mujer a pesar de ser de diferente color de piel, siendo este individuo un claro ejemplo de un típico estadounidense, que (en su mayoría) es muy tradicional y observa de manera extraña una pareja interracial.
Otro punto interesante que se ve en estos instantes, es como la discriminación ajena repercute en el propio binomio, trayéndole dudas e incertidumbres entre ellos, desde la propia desconfianza de la mujer negra sobre si su marido blanco inventa las acciones del vecino (porque es “hermano”, como ella dice) hasta mentiras sobre anticonceptivos para provocar un embrazo. Como si el colindante hubiera colocado una bomba que les explotó en la cara y la pareja no sabe como resolverlo.
Sin embargo, esta excelente exposición de temas no coincide con la creación de los personajes, los cuales resultan muy artificiales y forzados, haciendo que la cinta pierda la realidad que se propone desde el guión. Además, hay escenas en las que se observa claramente que fueron “fabricadas” para darle más tensión al film, siendo otro punto que permite el desperdicio de naturalidad que plantea el argumento.
Hacia el final de la película, el trabajo se vuelve más físico, donde la acción predomina sobre el suspenso, provocado por el alto nivel de tensión que contiene la cinta por esos instantes. En este sentido, es lúcida la comparación realizada con el incendio de los valles cercanos al barrio donde transita la historia con el grado de violencia que va adquiriendo el film en su desarrollo; al inicio, el fuego era lejano y al final, las llamas rodean las casas de Lakeview Terrace.
Vecinos en la mira es una aceptable producción que aborda, de manera adulta y real, el tema del racismo. Lamentablemente, sus personajes son demasiado artificiales como para que su factura sea excelente, siendo un trabajo del cual se va a hablar… pero por poco tiempo.
6 puntos