A la sombra del gran Bruce
Por Cristian A. Mangini
es la muestra fehaciente de que no se necesita ser pretencioso desde la forma o el contenido para lograr una buena película. El último film de Rob Minkoff, director de El rey León y las dos partes de Stuart Little, cuenta como aliciente con la vocación por entretener al espectador y, de paso, entregar un sentido homenaje al cine de acción oriental de los 60 y 70´s, desde sus figuras estelares más importantes de la actualidad: Jackie Chan y Jet Li. Por supuesto, está siempre al acecho la innegable sombra de la figura cinematográfica (no la persona) de Bruce Lee. Este homenaje no se oculta en ningún momento y, de hecho, es ilustrado en la introducción por un excelente corto animado.
Simplificando, la película es un relato fantástico-maravilloso con ingredientes escapistas (fíjense en el desarrollo de la personalidad del personaje de Michael Angarino), semejante en algunos aspectos a la estructura de relatos como La historia sin fin, pero sin un sustento dramático tan marcado. Hay un héroe, objetos mágicos, un evidente antagonista y el típico viaje de crecimiento, que construye la personalidad del protagonista Jason Triptikas (Michael Angarino). Por supuesto, el héroe se apoya en la figura de dos de sus sabios acompañantes que, como adivinarán, corresponde a los personajes de Jackie Chan y Jet Li.
Durante el film no asoma por ningún momento la violencia que tenían las películas a las que rinde homenaje (de todas maneras, ya lo hizo Tarantino), pero ciertamente está plagada de clichés y referencias en otros aspectos. No sólo en la tipificación de los personajes (el monje, el borracho, la huérfana vengativa, etc…) sino también en, por ejemplo, el empleo de algunos planos donde se hace frecuente el uso del zoom o el empleo del ralentizado para darle mayor énfasis al rostro de los personajes. También está presente en otros aspectos temáticos como, por ejemplo, exaltando el romanticismo con cerezos. Por supuesto, estos rasgos no son solo parte del cine, sino también de la cultura popular oriental, y por eso quizá se mencione a videojuegos comoVirtua Fighter 2.
Pintoresca desde lo visual y evidentemente artificiosa, sobre todo cuando uno se refiere a la china antigua asimilada por el protagonista como un sueño, la película no duda en utilizar panorámicas a la hora de mostrar el viaje del protagonista, realzando el leitmotiv de “viaje espiritual” que la película tiene por momentos. La música es quizá por momentos demasiado épica, cargada de cuerdas solemnes, para un tipo de película que no tiene una carga dramática tan grande. Sin embargo hay algunas pinceladas interesantes, como el leitmotiv del personaje de la bruja Ni Chang (Bingbing Li).
Luego está el detalle fetichista de tener las dos estrellas más capacitadas para realizar coreografías de artes marciales, en la misma película. Este aspecto se incrementa cuando vemos el enfrentamiento entre Jet Li y Jackie Chan en una coreografía perfecta, sostenida con planos largos y un buen trabajo de montaje que valora las secuencias de pelea. También están otros actores experimentados en la materia como la mencionada Bingbing Li o Collin Chou (Matrix Revoluciones). A su vez, y hablando de conexiones, las secuencias de combate fueron coreografiadas por Woo-ping Yuen. ¿No suena?, bueno, es el coreógrafo de la saga Matrix y asistente de películas como Kill Bill. Debido a que el subtexto de esta película no esta tan cargado como enMatrix, se puede ver en estas secuencias el costado lúdico y la habilidad de quienes las realizan.
Puede que El reino prohibido no sea una producción con personajes complejos o una trama innovadora, pero es una película que respeta al espectador desde el entretenimiento y no decae en ningun momento. Incluso nos ofrece momentos tan absurdos y extraños como el sonriente Jet Li, o la “secuencia de entrenamiento” que entre él y Jackie Chan le dan al pobre Jason. En fin, dos grandes se divierten a la sombra del gran Bruce, en una película tan entretenida como efectiva.
7 puntos